En un conmovedor relato que ha dejado a muchos sorprendidos, Jo Canales, amigo cercano y colaborador de Checo Pérez, recuerda cómo vivieron los últimos días del piloto mexicano en Racing Point, cuando todo parecía derrumbarse y no había un futuro claro para ninguno de los involucrados. A pesar de las circunstancias adversas y sin un contrato asegurado, los tres mexicanos involucrados se mantenían firmes, demostrando que lo único que no se pierde en medio de la tormenta es el espíritu de lucha.

A través de su relato, Canales describe cómo, a pesar de estar en una situación desesperante, Checo y sus compañeros no perdieron el sentido del humor. “Nos reíamos de nosotros mismos diciendo: ‘¿qué pensarán estos weyes de tres mexicanos comiendo muertos de risa, cuando ya no tienen equipo y que ya se acabó?’”, compartió Canales. Esta reflexión no solo muestra la humildad y el carácter de los tres mexicanos, sino que también pone en evidencia el espíritu resiliente que caracteriza a Checo Pérez, quien a pesar de estar al borde del abismo, nunca perdió su capacidad de reír y mantener la esperanza.
En esos días, Racing Point atravesaba una crisis profunda. No solo el futuro de Checo Pérez estaba en juego, sino también el de todo el equipo. Sin embargo, lo que parecía ser el fin de una era para el mexicano, se convirtió en el comienzo de una nueva oportunidad para demostrar que, cuando se tiene el corazón y la determinación, cualquier desafío puede ser superado.
Aunque no había contrato firmado ni futuro asegurado, lo que nunca desapareció fue la garra de Checo Pérez. Su trabajo duro, humildad y pasión por el automovilismo fueron las claves para mantener la calma y la confianza en sí mismo, incluso cuando todo alrededor parecía desmoronarse. Lo que en ese momento parecía una derrota, se convirtió en la base sobre la que Checo construiría su futuro y éxito.
La actitud de Checo Pérez en esos momentos difíciles es un claro reflejo de la mentalidad de lucha que ha marcado su carrera. Siempre ha sabido que las batallas más duras no se ganan en la comodidad, sino en los momentos de adversidad. Su capacidad para mantenerse firme, trabajar incansablemente y nunca rendirse, le permitió superar esos tiempos difíciles y emergir más fuerte que nunca.
Este episodio en particular no solo demuestra la grandeza de Checo, sino también el vínculo especial que tienen los mexicanos ante la adversidad. A pesar de las dificultades, nunca pierden la fe ni la sonrisa. Y lo que en ese entonces parecía una lucha perdida, ahora es parte de una historia que inspira a millones.
La lección más grande de todo esto es que, cuando uno tiene un verdadero espíritu de lucha, no importa cuán grande sea la tormenta: siempre hay una oportunidad para brillar. La historia de Checo Pérez es un testimonio de que los grandes no se hacen cuando todo está fácil, sino cuando todo parece ir en contra y, sin embargo, se siguen levantando una y otra vez.
Hoy, Checo Pérez sigue demostrando que su legado está forjado en la resistencia, el trabajo y la pasión. Con la mirada puesta en el futuro y los desafíos por venir, está claro que la mejor parte de su carrera está por llegar. Su historia, lejos de ser solo un relato de éxito, es una inspiración para aquellos que luchan por alcanzar sus sueños, incluso cuando todo parece estar en su contra.