La llegada de Hansi Flick al banquillo del FC Barcelona ya está generando fuertes repercusiones, tanto dentro como fuera del vestuario. En un giro totalmente inesperado, el nuevo entrenador alemán ha decidido que Lamine Yamal no será el próximo número 10 del Barcelona, una decisión que ha causado sorpresa e incluso malestar en algunos sectores del entorno culé.

Durante una reunión privada con jugadores y cuerpo técnico, Flick fue claro y directo: “Lamine Yamal no llevará el número 10. Aún no es el momento.” Con estas palabras, el entrenador puso fin a las especulaciones que circulaban desde hace semanas, donde muchos daban por hecho que el joven prodigio de La Masía heredaría el mítico dorsal que una vez vistieron leyendas como Ronaldinho, Messi o Maradona.

Pero la noticia no termina ahí. Hansi Flick también reveló que ya tiene en mente quién será el nuevo portador del número 10, y su elección ha dejado a todos boquiabiertos. Se trata de un jugador que, si bien es querido por la afición, no estaba en las quinielas para asumir tal responsabilidad. Su identidad aún no ha sido confirmada oficialmente, pero varias fuentes cercanas al club señalan que podría tratarse de un futbolista con más experiencia y liderazgo dentro del grupo.

La decisión de Flick tiene un mensaje claro: en su proyecto no hay espacio para decisiones simbólicas o emocionales. Cada elección estará basada en el rendimiento, la madurez y la preparación de cada jugador para asumir retos de alto nivel. En el caso de Yamal, si bien es considerado una joya del fútbol mundial, el técnico prefiere llevar su desarrollo con paciencia y no cargarlo con la presión que implica llevar el dorsal más icónico del club.
Las reacciones no se han hecho esperar. Algunos aficionados apoyan la medida, valorando la prudencia y la visión a largo plazo del nuevo entrenador. Otros, en cambio, creen que Yamal está preparado para asumir ese rol y que esta decisión podría afectar su motivación.
Lo que está claro es que Hansi Flick ha llegado al Camp Nou con la intención de romper moldes y construir un nuevo Barça a su manera. Y esta decisión sobre el dorsal 10 es solo el comienzo.