El presidente Trump ha prometido traer al Día de Colón “de regreso de las cenizas”, prometiendo reforzar las celebraciones del explorador europeo a pesar de las críticas en curso de los progresistas y los grupos indígenas. En una publicación ardiente sobre Truth Social, Trump arremetió contra los demócratas y activistas que han desafiado el legado de Christopher Columbus, acusándolos de tratar de borrar las tradiciones estadounidenses y disminuir las contribuciones de los italianos estadounidenses.

El Día de Colón, establecido por primera vez como feriado federal en 1937, honra el viaje de 1492 que conectó Europa con las Américas. Sin embargo, los historiadores y los líderes indígenas han señalado cada vez más que la llegada de Colón desencadenó siglos de violencia, esclavitud y genocidio contra poblaciones nativas. En respuesta a estas revelaciones, muchas ciudades y estados de todo el país han cambiado el nombre del Día de los Pueblos Indígenas de vacaciones o han dejado de reconocer por completo el Día de Colón. El debate refleja un reconocimiento más amplio sobre cómo se enseña la historia y cuyas historias se celebran.
“Estoy trayendo el día de Colón de las cenizas”, escribió Trump. “Los demócratas hicieron todo lo posible para destruir a Christopher Columbus, su reputación y todos los italianos que lo aman tanto. Ragaron sus estatuas y no pusieron nada más que” despertados “o peor, nada en absoluto!” La declaración de Trump se inclinó fuertemente en su narrativa de guerra cultural en curso, retratando los esfuerzos para diversificar las narrativas históricas como un ataque a la herencia estadounidense.
Los críticos argumentan que el enfoque de Trump en revivir el Día del Colón encaja en un patrón más amplio de favorecer narraciones históricas que centran figuras europeas blancas, mientras ignoran o minimizan las contribuciones y el sufrimiento de los estadounidenses negros, los indígenas y otras minorías. Durante su presidencia y luego, Trump ha condenado con frecuencia movimientos como Black Lives Matter y los esfuerzos para incorporar más historia negra e indígena en los planes de estudio escolares, acusándolos de ser “divisivos” o “antipatrióticos”.
Según elNew York Post, Trump declaró además: “Estoy restableciendo el Día de Colón bajo las mismas reglas, fechas y ubicaciones, como lo ha hecho durante todas las muchas décadas anteriores!” El Post sugiere que Trump quiere proteger agresivamente las celebraciones tradicionales de figuras como Colón, a pesar de la creciente evidencia y el consenso académico sobre los aspectos más oscuros de sus legados. Su mensajería indica el deseo de restaurar una versión más antigua y desinfectada de la historia estadounidense que da a las injusticias raciales.
La controversia que rodea el Día de Colón es parte de una batalla cultural mucho más grande sobre cómo Estados Unidos recuerda su pasado. Mientras que muchos italianos estadounidenses ven a Colón como un símbolo del orgullo étnico y el éxito de los inmigrantes, otros argumentan que levantar a Colón sin reconocer las consecuencias brutales de la colonización perpetúa la amnesia histórica. El voto de Trump de revivir las vacaciones destaca cómo la lucha por los monumentos, las vacaciones y la memoria histórica sigue siendo un tema profundamente político y profundamente racializado en los Estados Unidos.