La temporada 2025 de Fórmula 1 ya ha estado marcada por altibajos espectaculares, pero el último anuncio de Ferrari ha causado revuelo en el paddock. En una decisión tan audaz como inesperada, la Scuderia ha decidido extender el contrato de su director de equipo, Frédéric Vasseur, hasta 2030, otorgándole un rol más amplio en el equipo. Esta decisión, calificada de “loca” por los analistas, redefine las ambiciones de Ferrari y genera un acalorado debate entre aficionados y analistas.
Desde su llegada a Maranello en 2023, Vasseur ha transformado Ferrari, revitalizando un equipo que perseguía la gloria desde su último título de constructores en 2008. Bajo su liderazgo, Ferrari recuperó una impresionante ventaja competitiva, terminando segundo en el campeonato de constructores en 2024 y manteniendo ese impulso en 2025. Sin embargo, recientes contratiempos, como las tensiones con Lewis Hamilton y los problemas técnicos con el SF-25, han puesto a Vasseur bajo presión. Esta extensión de contrato, junto con un rol más amplio, se considera un rotundo voto de confianza por parte de la junta directiva de Ferrari.
El nuevo rol de Vasseur está en el centro de las conversaciones. Según fuentes internas, ahora supervisará no solo el equipo de Fórmula 1, sino también el desarrollo de los futuros proyectos automovilísticos de Ferrari, incluyendo iniciativas de hipercoches y carreras de resistencia. El traslado, anunciado en una conferencia de prensa en Maranello, sorprendió a los analistas, que esperaban una reestructuración más modesta tras una temporada 2025 decepcionante. El presidente de Ferrari, John Elkann, declaró: «Frédéric representa el futuro de Ferrari. Su visión y liderazgo son esenciales para llevar a la Scuderia de nuevo a la cima».
El anuncio llega en un momento tenso. El rendimiento inconsistente del SF-25, marcado por un problema técnico recurrente que le costó una décima de vuelta, ha generado duras críticas en Italia. La Gazzetta dello Sport calificó la temporada de “pesadilla técnica”, mientras que el Corriere della Sera destacó las decisiones estratégicas de Vasseur, en particular abandonar el desarrollo del SF-25 para centrarse en el coche de 2026, el Proyecto 678. Esta arriesgada apuesta, influenciada por Hamilton, ha dividido a los tifosi: algunos la ven como una estrategia visionaria, otros como una admisión de fracaso para la temporada actual.
Sin embargo, Vasseur logró mantenerse firme, gestionando con destreza la relación entre sus pilotos. La rivalidad entre Hamilton y Charles Leclerc, exacerbada por los frecuentes podios del monegasco, podría haber desestabilizado al equipo. Pero Vasseur mantuvo una cohesión notable, como lo demostró el incidente en el Gran Premio de China, donde aclaró que el intercambio de posiciones entre los dos pilotos fue iniciativa de Hamilton, no una orden de equipo. Esta transparencia reforzó su credibilidad, incluso ante las críticas de los medios.
Sin embargo, la ampliación de responsabilidades de Vasseur plantea interrogantes. Algunos analistas, como los de Motorsport.com, creen que confiar la supervisión de los proyectos de Fórmula 1 y automovilísticos a una sola persona es una apuesta arriesgada. Ferrari confía en la capacidad de Vasseur para compaginar estas funciones, pero el apretado calendario de la F1, con 24 carreras en 2025, podría complicar la tarea. Además, las expectativas de los tifosi son inmensas: un título mundial, esquivo desde 2007 para los pilotos y 2008 para los constructores, es imperativo.
Esta descabellada decisión podría redefinir el futuro de Ferrari. Si Vasseur logra hacer realidad su visión, especialmente con el Proyecto 678, podría convertirse en una leyenda de la Scuderia. Pero un fracaso, en un entorno tan implacable como el de la Fórmula 1, podría debilitar su posición. Los próximos Grandes Premios, empezando por Japón, serán cruciales para demostrar que Ferrari tomó la decisión correcta. Una cosa es segura: con Vasseur al mando hasta 2030, la Scuderia no carece de ambición, y el mundo de la F1 espera con ansias esta audaz apuesta.