El mundo de la Fórmula 1 vuelve a estar en crisis por un polémico debate sobre la legalidad del MCL39 de McLaren, el monoplaza que dominará la competición en 2025. Tanto Toto Wolff, jefe de equipo de Mercedes, como Christian Horner, sus homólogos de Red Bull Racing, han expresado abiertamente sus dudas sobre la tecnología que McLaren utiliza para ganar títulos recientes. A pesar de las repetidas comprobaciones de la FIA, que no han detectado irregularidades, las sospechas de prácticas ilegales siguen rondando la mente. La reciente decisión de la FIA de aprobar una pieza controvertida del monoplaza de McLaren ha generado sorpresa y frustración entre ambos jefes de equipo, que mencionaron explícitamente a McLaren como sospechoso.
El progreso de McLaren en 2025 es impresionante. Liderados por el director ejecutivo Zak Brown y el jefe de equipo Andrea Stella, la escudería de Woking ha demostrado una velocidad sin precedentes, con Lando Norris y Oscar Piastri subiendo al podio con regularidad. Su capacidad para controlar la temperatura de los neumáticos, especialmente al final de tandas largas, ha sorprendido a rivales como Red Bull y Mercedes. Los frenos traseros del MCL39, en particular, que funcionan a menor temperatura en el borde y la banda de rodadura que otros equipos, han llamado la atención. Red Bull presentó imágenes térmicas a la FIA, que mostraron puntos fríos alrededor de los tambores de freno de McLaren, lo que generó especulaciones sobre una posible zona gris en la normativa. Sin embargo, la FIA concluyó el 6 de mayo de 2025 que el diseño de McLaren es legal, una declaración que Horner y Wolff no se toman a la ligera.
Christian Horner, conocido por sus duras declaraciones, ha desafiado repetidamente a McLaren a defender abiertamente su tecnología. En una entrevista con Motorsport Week el 15 de mayo de 2025, insinuó el impacto de un próximo cambio en la flexibilidad del alerón delantero, que ha sido más estricta desde el Gran Premio de España. Horner sugirió que McLaren y Mercedes perderían rendimiento como resultado, pero fue evasivo sobre las acusaciones específicas de ilegalidad. “Son brillantes en el control de temperatura, pero no estamos sugiriendo que haya nada ilegal”, dijo, lo que generó dudas. Esta actitud ambigua frustra a McLaren, que ha sido retada por Red Bull a presentar una protesta formal si realmente tiene pruebas.
Toto Wolff, habitualmente aliado de McLaren en su lucha contra Red Bull, sorprendió a muchos al unirse al escepticismo de Horner. El 5 de mayo de 2025, Wolff declaró en Miami que inicialmente creía en la integridad de McLaren, pero las últimas carreras le han hecho reconsiderar su postura. «Si alguien es tan dominante, te vas a hacer preguntas», declaró a RacingNews365 . «Pero no quiero hacer trampa sin pruebas». Sin embargo, enfatizó que el rendimiento de McLaren era «casi demasiado bueno para ser verdad», lo que ha alimentado las sospechas. Los comentarios de Wolff marcan una ruptura con sus anteriores elogios a la «integridad» de McLaren y sugieren una creciente frustración por su propia desventaja.
La decisión de la FIA de aprobar la tecnología de McLaren ha agravado la tensión. Zak Brown respondió con ferocidad, con una broma en el Gran Premio de Miami, donde bebió de una botella de “agua para neumáticos”, una burla a las quejas de Horner sobre la gestión de los neumáticos. Mientras tanto, la FIA se mantiene firme: no se han constatado infracciones tras varias inspecciones. Nikolas Tombazis, director de la FIA, ha declarado el caso cerrado, pero la constante especulación demuestra que la confianza en el reglamento está flaqueando.
Para Red Bull y Mercedes, la situación es especialmente dolorosa, ya que el dominio de McLaren amenaza sus posibilidades de título. Max Verstappen, quien enfrenta dificultades con un RB21 inestable, y Lewis Hamilton, quien aún no ha tenido éxito consistente en Ferrari, ven a McLaren como una fuerza imparable. El Gran Premio de Mónaco, donde Norris brilló, reforzó la impresión de que McLaren tiene una ventaja difícil de explicar sin plantear cuestiones técnicas. Sin embargo, una protesta formal parece improbable, ya que Horner admite que la decisión unánime de la FIA es difícil de refutar.
A medida que avanza la temporada, el éxito de McLaren sigue dividido. Para los aficionados, la controversia añade tensión, pero para Wolff y Horner es una fuente de frustración. La FIA se enfrenta al reto de garantizar la transparencia, mientras que McLaren parece decidido a defender su liderazgo. No está claro si las sospechas se confirmarán alguna vez, pero por ahora, McLaren no solo domina la pista, sino también las conversaciones en el paddock.