La Fórmula 1 ha sido sacudida por una noticia que pocos esperaban: Christian Horner, el icónico jefe de Red Bull Racing, ha sido despedido con efecto inmediato tras dos décadas al frente del equipo. Esta decisión, anunciada el 9 de julio de 2025, ha generado un torbellino de especulaciones sobre el futuro del británico, especialmente en relación con Ferrari, una escudería que, según el periodista italiano Leo Turrini, podría estar a punto de lograr lo que no consiguió en dos intentos previos: fichar a Horner. La salida de Horner no solo marca el fin de una era en Red Bull, sino que también plantea interrogantes sobre el rumbo de la Fórmula 1 en un momento crítico para el equipo austríaco.

El impacto de esta decisión reverbera en el paddock. Red Bull, que bajo el liderazgo de Horner conquistó ocho títulos de pilotos y seis de constructores, ha perdido su supremacía en los últimos años. La escudería, actualmente en la cuarta posición del campeonato de constructores con solo 172 puntos frente a los 460 de McLaren, ha enfrentado una crisis deportiva y organizativa que culminó con la salida del británico. Laurent Mekies, exdirector deportivo de Ferrari y hasta ahora jefe de Racing Bulls, asumirá el rol de CEO de Red Bull Racing, una transición que promete cambios significativos en la estructura del equipo.
La salida de Horner no fue una sorpresa total. Desde la muerte de Dietrich Mateschitz en 2022, las tensiones internas en Red Bull se intensificaron. Una lucha de poder entre la facción austríaca, liderada por Oliver Mintzlaff, y la tailandesa, encabezada por Chalerm Yoovidhya, marcó el inicio de una guerra civil que Horner no pudo ganar. Según Turrini, en su blog Profondo Rosso, “la guerra civil, que estalló hace más de un año, terminó con la victoria, al menos aparente, del dúo Marko-Verstappen senior”. Este conflicto, agravado por la salida de figuras clave como Adrian Newey, quien se unió a Aston Martin, y los decepcionantes resultados de pilotos como Yuki Tsunoda y Liam Lawson, erosionó la posición de Horner dentro del equipo.

El despido de Horner llega en un momento delicado para Red Bull. Max Verstappen, el activo más valioso de la escudería, enfrenta un futuro incierto. A pesar de sus cuatro títulos mundiales, el neerlandés está a 69 puntos del líder del campeonato, Oscar Piastri, y su monoplaza no ha respondido como en años anteriores. La amenaza de que Verstappen pueda unirse a Mercedes ha sido un factor determinante en la decisión de Red Bull de sacrificar a Horner para retener al piloto. Tobias Grüner, periodista de Auto Motor Sport, señaló que “con la marcha de Horner, la amenaza de perder a Verstappen debería, al menos, evitarse por el momento”. Sin embargo, la pregunta persiste: ¿fue la salida de Horner un movimiento para salvar a Verstappen o una consecuencia de no haberlo retenido?
Mientras tanto, los rumores sobre el próximo destino de Horner no se han hecho esperar. Ferrari, una escudería que históricamente ha cortejado al británico, emerge como una posibilidad intrigante. Leo Turrini, una voz respetada en el mundo de la Fórmula 1, no dudó en avivar la especulación en su blog: “Todos saben que, en dos ocasiones recientes, Horner ha rechazado ofertas de Ferrari. ¿Será la tercera la vencida?”. Estas palabras han encendido la imaginación de los aficionados, que ven en Horner una figura capaz de revitalizar a la Scuderia, que actualmente ocupa la tercera posición en el campeonato de constructores, por detrás de McLaren y Mercedes.
La relación entre Horner y Ferrari no es nueva. En los últimos años, el británico ha sido vinculado con Maranello en al menos dos ocasiones, pero factores personales y profesionales lo llevaron a declinar las ofertas. Ted Kravitz, periodista de Sky Sports, analizó las razones detrás de su reticencia: “Horner recibió un acercamiento de Ferrari, pero con su familia, sus tres hijos, ¿realmente querría mudarse a Italia? ¿Sacar a sus hijos del colegio? Además, resucitar a Ferrari, sin hablar italiano y sin conocer del todo el entorno, parecía una cuesta demasiado empinada”. Sin embargo, ahora que Horner está libre de sus responsabilidades en Red Bull, las circunstancias podrían haber cambiado.
La posibilidad de que Horner se una a Ferrari plantea un dilema interesante, especialmente por la presencia de Lewis Hamilton en la escudería a partir de 2025. La rivalidad entre Hamilton y Horner, marcada por los enfrentamientos en la temporada 2021, podría complicar esta unión. Kravitz señaló que “ha habido mucha agua bajo el puente en la relación entre Hamilton y Horner”. A pesar de esto, Turrini insiste en que el interés de Ferrari no es un secreto: “Es el secreto de Pulcinella. Todos saben que Horner ha sido contactado por Ferrari en el pasado”. La pregunta ahora es si el británico está dispuesto a asumir el desafío de liderar a la escudería más icónica de la Fórmula 1.
Por otro lado, Alpine también ha surgido como un posible destino para Horner. Según informes, el británico estaría explorando la posibilidad de adquirir una participación en el equipo francés, que atraviesa su propia crisis tras la salida de Oliver Oakes. Esta opción podría ser más viable para Horner, dado que muchos empleados de Alpine tienen experiencia previa en Red Bull, lo que facilitaría la transición. Sin embargo, la atracción de Ferrari, con su historia y prestigio, parece ser un imán más poderoso para un hombre que ha demostrado su capacidad para transformar equipos en campeones.
La salida de Horner también tiene implicaciones económicas. Con un contrato vigente hasta 2030, el británico podría recibir una indemnización superior a los 50 millones de euros, según The Telegraph. Su salario, que en 2023 alcanzó los 8,92 millones de libras en Red Bull Technology, lo consolidó como uno de los directores mejor pagados de la Fórmula 1. Este aspecto financiero podría darle a Horner la libertad de elegir su próximo paso con cuidado, ya sea en Ferrari, Alpine o incluso fuera de la Fórmula 1.
El impacto de esta decisión trasciende a Red Bull y Ferrari. La Fórmula 1 se encuentra en un punto de inflexión, con cambios reglamentarios programados para 2026 y una parrilla cada vez más competitiva. La salida de Horner podría desencadenar un efecto dominó, afectando no solo el futuro de Verstappen, sino también la dinámica de poder en el paddock. Laurent Mekies, ahora al frente de Red Bull, enfrenta la monumental tarea de estabilizar un equipo en crisis mientras convence a Verstappen de quedarse. En Maranello, Fred Vasseur podría enfrentar presión si los rumores sobre Horner se intensifican.
Mientras los aficionados esperan ansiosos el próximo movimiento de Horner, una cosa es segura: su legado en Red Bull, con 124 victorias y 14 títulos mundiales, lo convierte en una figura codiciada. ¿Será Ferrari capaz de convencerlo esta vez? ¿O elegirá Horner un camino menos transitado, como Alpine? Solo el tiempo lo dirá, pero, como dijo Turrini, “el despido de Horner abre escenarios indecifrables”. La Fórmula 1, fiel a su naturaleza, promete más emociones tanto dentro como fuera de la pista.