Hollywood no es ajeno a la controversia ni a la reinvención, pero pocos titulares han desatado tanta especulación y escepticismo como la alianza entre los actores Mel Gibson, Mark Wahlberg y el multimillonario tecnológico Elon Musk. Desde principios de 2025, circulan rumores de que el trío está uniendo fuerzas para construir un nuevo estudio cinematográfico multimillonario dedicado a contenido “no-woke”, centrado en la fe, la familia y la narrativa clásica. De ser cierto, esta iniciativa podría alterar la trayectoria actual de la industria del entretenimiento. Pero a medida que se desarrolla la historia, surgen preguntas sobre la realidad frente a la ficción y el futuro de las guerras culturales en Hollywood.
Una visión para un nuevo Hollywood
El concepto, supuestamente titulado “Cine Patrimonial”, comenzó como un rumor en redes sociales a finales de 2024. Para la primavera de 2025, la narrativa cobró impulso: Mel Gibson, famoso por películas provocativas y religiosas como La Pasión de Cristo , y Mark Wahlberg, un versátil actor y productor conocido por éxitos familiares y de acción, supuestamente intentaban “restaurar el alma de Hollywood”. Entra Elon Musk —el emprendedor, disruptor y defensor de la libertad de expresión— cuya inversión de mil millones de dólares consolidaría el proyecto, con los recursos de Gibson y Wahlberg elevando el valor del estudio a tres mil millones de dólares.
¿La misión declarada? Crear películas basadas en narrativas atemporales y valores familiares tradicionales, en contraste directo con lo que el trío considera la creciente aceptación en Hollywood de contenido progresista y con agendas definidas. Los primeros rumores sugerían que el estudio recuperaría géneros como las epopeyas religiosas, los dramas familiares y las historias clásicas de aventuras —como ¡ Qué bello es vivir! o La novicia rebelde— , alejándose de temas y castings que consideran “conscientes”.
Mucho dinero, mayores ambiciones
El alcance financiero del rumoreado proyecto es impresionante. Fuentes afirman que la inversión de Musk por sí sola podría alcanzar los mil millones de dólares, con Gibson y Wahlberg aportando sus propias fortunas para alcanzar los 3 mil millones. Este capital financiaría la producción, atraería talento de primer nivel y permitiría al estudio competir directamente con gigantes de la industria como Disney y Warner Bros., estudios que, según se informa, el trío ha criticado por “priorizar las cuotas de diversidad sobre la narrativa”.
Fundamentalmente, se dice que la participación de Musk aportará más que solo dinero. Gracias a su experiencia en tecnología digital y sus recientes incursiones en streaming y redes sociales, el estudio puede aprovechar métodos de distribución de vanguardia, posiblemente dejando de lado los estrenos tradicionales en taquilla para optar por el streaming directo al consumidor, experiencias de realidad virtual o incluso la venta de entradas basada en blockchain.
Aunque no se ha confirmado ningún proyecto oficial, los primeros rumores apuntan a una epopeya bíblica dirigida por Gibson y una aventura familiar protagonizada por Wahlberg. Ambos actores han expresado su deseo de hacer películas que “emocionen e inspiren”, y la visión futurista de Musk podría impulsar sus ambiciones.
Una reacción dividida
La noticia, real o rumoreada, desató un intenso debate. Sus seguidores en redes sociales elogiaron el supuesto estudio como una “revolución cultural”, con publicaciones en X (anteriormente Twitter) celebrando que “Hollywood finalmente despierta a los valores auténticos”. Los fans de Gibson y Wahlberg ven la decisión como un cambio de rumbo muy necesario para una industria que, según ellos, está desconectada de la sociedad estadounidense. Mientras tanto, la participación de Musk añade un toque de intriga tecnológica y un aire antisistema.
Sin embargo, los expertos de la industria se muestran escépticos. Algunos descartaron la historia como un truco publicitario o un astuto intento de aprovechar la polarización política y cultural. «Es una apuesta arriesgada», declaró un veterano productor de Hollywood, «pero el mercado para este tipo de contenido especializado podría no justificar una inversión tan grande».
Los críticos progresistas han sido aún más francos, calificando la iniciativa de “retroceso” y advirtiendo que podría profundizar las divisiones culturales. “La aceptación de la diversidad y la inclusión por parte de Hollywood no es una moda pasajera, es el futuro”, escribió un comentarista, añadiendo que la etiqueta de “desconocedor” corre el riesgo de alienar al público global.
¿Realidad o ficción? La historia satírica
A pesar del revuelo, el origen de la historia no está claro. Las investigaciones revelan que las afirmaciones iniciales de una inversión de entre 1000 y 3000 millones de dólares se remontan a sitios de noticias satíricas como Esspots.com, que publican abiertamente historias ficticias con fines de entretenimiento. Las verificaciones de datos de Snopes y Reuters han desmentido rumores similares en el pasado, y los representantes de Gibson, Wahlberg y Musk no han emitido ninguna confirmación oficial hasta el 18 de junio de 2025.
El publicista de Gibson negó explícitamente cualquier plan de estudio en marzo de 2025, y no hubo documentos legales, comunicados de prensa ni anuncios de producción que respaldaran las afirmaciones. Musk, conocido por generar controversia y alimentar la especulación en línea, no ha hecho comentarios públicos. La falta de transparencia —y su origen satírico— sugiere que la historia podría ser más un mito de internet que una revolución en la industria.
¿Por qué la historia resuena?
Independientemente de su veracidad, el rumor se nutre de un profundo descontento subyacente entre algunos espectadores y creadores. El éxito de taquilla de películas religiosas como Sound of Freedom (2023), que recaudó más de 250 millones de dólares, demuestra el anhelo de narrativas alternativas. Los recientes cambios de Musk en Platform X, priorizando la libertad de expresión y las políticas anticensura, se alinean con la supuesta filosofía del estudio.
Sin embargo, la realidad económica de Hollywood cuenta una historia más compleja. Repartos diversos y narrativas progresistas han generado grandes éxitos internacionales —Pantera Negra recaudó 1.300 millones de dólares en todo el mundo—, lo que demuestra que el contenido “woke” puede ser rentable y culturalmente relevante. Cualquier nuevo estudio que aspire a competir al más alto nivel debe encontrar un equilibrio entre su ideología y las demandas globales del mercado.
Riesgos, desafíos y el camino a seguir
Si el estudio es más que un rumor, los desafíos son formidables. Alcanzar la élite de Hollywood requiere más que dinero: requiere redes de distribución, talento creativo y la capacidad de ofrecer éxitos de taquilla constantes. Una cifra de 3 mil millones de dólares, de ser exacta, apenas cubriría los costos de algunas grandes producciones, marketing y contratos con talento.
La imagen de marca “no-woke” también podría ser contraproducente, limitando su atractivo en los mercados internacionales y entre un público más joven y diverso. El pasado controvertido de Gibson y la imagen pública, en ocasiones polarizante, de Wahlberg podrían disuadir a algunos colaboradores e inversores. Y sin pruebas concretas de la existencia del proyecto, este corre el riesgo de desmoronarse bajo escrutinio.
Si, como parece probable, la historia es una invención o una exageración, sigue siendo una advertencia sobre la velocidad y la escala a la que la desinformación puede propagarse en la era de las redes sociales.
¿Que sigue?
A mediados de junio de 2025, no se había recibido ninguna noticia oficial de Gibson, Wahlberg ni Musk. Si el estudio es real, se esperan anuncios importantes (titulares, contratos con artistas o una conferencia de prensa) pronto. De lo contrario, es probable que la historia pase a la historia de los bulos virales de internet, dejando solo un eco cultural de lo que podría haber sido.
Una cosa está clara: el apetito por voces alternativas en Hollywood sigue siendo fuerte, alimentado por la realidad o la fantasía. Puede que la rumoreada alianza entre Gibson, Wahlberg y Musk no se concrete, pero el debate que desató es muy real y una señal de que la batalla por el alma de Hollywood está lejos de terminar.