Un escándalo que sacudió el mundo corporativo y las redes sociales ha entrado en una nueva etapa explosiva. Kristin Cabot, directora de recursos humanos de Astronomin, la empresa tecnológica con un valor de más de 1.300 millones de dólares, conmocionó al público con graves acusaciones contra Megan Kerrigan, esposa del director ejecutivo de la compañía, Andy Byron. El caso, que ya se había viralizado tras ser filmada en un concierto de Coldplay, cobró aún más fuerza con las afirmaciones de Cabot de que Kerrigan era la “verdadera mente maestra” de una supuesta conspiración para exponer la relación extramatrimonial.
Todo comenzó el miércoles 16 de julio, durante un concierto de Coldplay en el Estadio Gillette de Boston, Massachusetts. La infame “cámara del beso” capturó a Andy Byron, director ejecutivo de Astronomer desde julio de 2023, en un breve momento con Kristin Cabot. Ambos se abrazaron e intentaron esconderse al darse cuenta de que sus imágenes se estaban mostrando en pantalla gigante a más de 60.000 personas. La incomodidad inmediata llamó la atención del cantante de la banda, Chris Martin, quien bromeó: “O tienen una aventura o simplemente son muy tímidos”. El video se extendió rápidamente por redes sociales como TikTok y X, alcanzando millones de visualizaciones y desatando una ola de críticas y especulaciones sobre la infidelidad de Byron, quien está casado con Megan Kerrigan y tiene dos hijos.
Tras el incidente, Astronom anunció la suspensión de Andy Byron y Kristin Cabot. Pete DeJoy, cofundador de la compañía, asumió el cargo de director ejecutivo interino. La compañía emitió un comunicado reafirmando su compromiso con los valores éticos y anunció una investigación interna. Mientras tanto, Megan Kerrigan, una respetada educadora de Massachusetts, eliminó el apellido Byron de sus perfiles en redes sociales y posteriormente borró sus cuentas, revelando su reacción a la humillación pública. Kristin Cabot, casada con Andrew Cabot, director ejecutivo de la empresa de bebidas Privateer Rum, y madre de dos hijos, también desactivó sus cuentas en redes sociales tras el escándalo.
Sin embargo, el caso dio un giro inesperado cuando Kristin Cabot rompió su silencio en una entrevista exclusiva con un tabloide estadounidense. En sus declaraciones, no solo confirmó su relación con Byron, sino que también acusó a Megan Kerrigan de orquestar una campaña de desprestigio. “Ella es la verdadera mente maestra detrás de esto”, dijo Cabot, afirmando que Kerrigan manipuló la información para convertir el incidente en un espectáculo público y dañar la reputación de ambos. Según Cabot, sus mensajes y correos electrónicos indican que Kerrigan conocía la relación desde hacía meses y planeó la revelación para obtener ventaja en un posible divorcio.
Las supuestas pruebas de Cabot incluyen capturas de pantalla de conversaciones en las que Kerrigan supuestamente amenazó con filtrar información a la prensa, así como grabaciones de audio en las que supuestamente discute estrategias para “destruir” la carrera de Byron. Estas acusaciones, aunque aún no se han verificado, han generado revuelo en redes sociales. Muchos usuarios se muestran divididos entre apoyar a Kerrigan, a quien se considera víctima de una traición, y dudar de sus intenciones debido a las acusaciones de Cabot. “De ser cierto, esto representa un gran cambio. Pero necesitamos ver estas pruebas”, escribió un usuario en X.
Mientras tanto, Astronom enfrenta una crisis de imagen. Ex empleados de la compañía declararon al New York Post que Byron es considerado un jefe “tóxico” y obsesionado con las ventas, lo que ya ha generado descontento interno. El ascenso de Alyssa Stoddard, colaboradora cercana de Cabot, aumentó las sospechas de nepotismo e intensificó las críticas a la cultura de la empresa. Andrew Cabot, esposo de Kristin, aún no ha hecho comentarios públicos al respecto, pero los registros muestran que la pareja compró recientemente una casa de 2,2 millones de dólares en Rye, New Hampshire.
El escándalo, conocido como “#ColdplayGate”, continúa generando debates sobre la ética corporativa y la divulgación de la vida privada en la era digital. Se espera que la investigación de los astrónomos arroje más luz sobre el asunto, pero por ahora, las acusaciones de Cabot contra Kerrigan mantienen el caso en el punto de mira, y el público espera con interés más detalles sobre las supuestas pruebas. Lo que se planeó como una velada musical se ha convertido en una telenovela pública, con repercusiones que afectan tanto al mundo corporativo como a la vida privada de los implicados.