Pierre Gasly fue protagonista de un momento tenso en el Gran Premio de Emilia-Romaña disputado en el circuito de Imola. Durante la jornada del sábado, una maniobra en pista del joven piloto argentino Franco Colapinto provocó la furia del francés, quien no dudó en manifestar su descontento de manera explosiva. El incidente rápidamente se convirtió en tema de conversación dentro del paddock y, para sorpresa de muchos, Flavio Briatore, figura histórica del automovilismo y nuevo asesor ejecutivo de Alpine, intervino con autoridad para frenar la escalada verbal de su piloto.

Todo ocurrió durante la tercera sesión de entrenamientos libres, en la que los pilotos buscaban ajustar los últimos detalles antes de la clasificación. Gasly, que venía en vuelta rápida con neumáticos blandos, se encontró con Colapinto en una de las curvas más técnicas del trazado italiano. Según las cámaras onboard, el argentino, quien participaba como piloto de pruebas para Williams y se encontraba en pista recogiendo datos, no cedió el paso de manera inmediata, obligando a Gasly a abortar su vuelta.

La reacción del francés fue inmediata y furibunda. A través de la radio, Gasly lanzó duras críticas hacia Colapinto, cuestionando no solo la maniobra sino también la presencia del piloto argentino en una sesión tan determinante. “¡¿Qué hace ese chico en pista?! ¡Es peligroso! ¡No debería estar aquí molestando en las vueltas rápidas!”, se escuchó decir al piloto de Alpine, visiblemente alterado. Su lenguaje corporal al volver al garaje dejó en claro que no era una simple frustración pasajera.

La situación escaló aún más cuando, al bajarse del monoplaza, Gasly fue directamente hacia un miembro del equipo Williams para expresar su molestia, según testigos presentes en el paddock. Aunque el equipo británico intentó calmar las aguas, explicando que Colapinto cumplía con un programa de pruebas aprobado por la FIA, Gasly continuó con su postura crítica, calificando la situación de “inaceptable” y reclamando mayor control en las sesiones compartidas.
Sin embargo, la sorpresa llegó cuando Flavio Briatore, conocido por su estilo directo y sin filtros, intervino con firmeza. El italiano, que ha regresado recientemente al seno de Alpine como asesor ejecutivo con la intención de reestructurar el equipo y mejorar su rendimiento, no dudó en reprender a Gasly. Según fuentes cercanas al equipo, Briatore llamó a Gasly a una reunión privada y le pidió que moderara sus reacciones en público, recordándole que, como piloto de Fórmula 1, tiene una responsabilidad que va más allá del rendimiento en pista.
Briatore fue contundente: “Las emociones son parte de este deporte, pero hay límites. La frustración no puede convertirse en falta de respeto hacia otros pilotos o equipos”, habría dicho el italiano durante el intercambio. También habría subrayado que Colapinto, pese a su juventud, es un piloto con talento y futuro, y que su participación en sesiones oficiales forma parte del proceso natural de integración al más alto nivel del automovilismo.
Este episodio revela las tensiones internas que vive el equipo Alpine en una temporada complicada, en la que los resultados no acompañan y la presión aumenta carrera tras carrera. Gasly, que no ha encontrado el rendimiento esperado en su monoplaza, se muestra cada vez más irritable y frustrado, mientras la dirección técnica y deportiva del equipo busca soluciones para revertir la situación. La intervención de Briatore, en ese contexto, también puede interpretarse como un intento de imponer disciplina y control sobre un grupo que parece desorientado.
Por su parte, Franco Colapinto no se pronunció públicamente sobre el altercado. Desde su entorno, se limitan a señalar que el piloto estaba cumpliendo con su trabajo y que su enfoque sigue siendo aprender y ganar experiencia. A sus 21 años, Colapinto representa una de las mayores promesas del automovilismo sudamericano, y su creciente presencia en los eventos de Fórmula 1 responde al interés de Williams en desarrollar su talento de cara al futuro.
En redes sociales, la afición se dividió. Algunos defendieron a Gasly, argumentando que los pilotos titulares deben tener prioridad en pista y que cualquier obstáculo puede comprometer el rendimiento durante un fin de semana crucial. Otros, sin embargo, reprocharon la actitud del francés, recordándole que todos los pilotos han sido rookies alguna vez y que el respeto mutuo es fundamental en una categoría tan competitiva.
Lo cierto es que el altercado dejó una marca en el ambiente del Gran Premio de Imola. Mientras la tensión parecía disiparse con el paso de las horas, los medios internacionales no tardaron en hacerse eco del conflicto, aumentando la presión sobre ambos protagonistas. Para Gasly, representa una llamada de atención en cuanto a la gestión de sus emociones. Para Colapinto, una experiencia más en su camino hacia la élite del automovilismo.
Y para Briatore, una oportunidad de mostrar que su retorno a la Fórmula 1 no será meramente simbólico: su voz vuelve a tener peso, y no dudará en usarla para imponer orden.