En un impactante giro de los acontecimientos, tanto Lia Thomas como Simone Biles han acaparado titulares con sus audaces declaraciones sobre abandonar Estados Unidos y retirarse de los Juegos Olímpicos de 2028 si Michael Phelps es nombrado líder del equipo estadounidense. Sus declaraciones han desatado una polémica mediática, con fuertes reacciones de aficionados, atletas y figuras públicas por igual.
Thomas, una nadadora transgénero que ha estado en el centro de los debates sobre la participación de atletas transgénero en el deporte femenino, fue la primera en anunciar su decisión. “Quiero irme de Estados Unidos”, declaró Thomas en una entrevista reciente. “Siento que ya no me respetan aquí, y con todo lo que está pasando, creo que es hora de seguir adelante. Si Michael Phelps va a ser el líder del equipo estadounidense, no participaré en los Juegos Olímpicos de 2028”.
Su declaración desencadenó una reacción en cadena, y Simone Biles siguió su ejemplo. La gimnasta medallista de oro olímpica expresó su frustración por la situación y adoptó una postura similar: «Yo también me iré de Estados Unidos y no participaré en los Juegos Olímpicos de 2028 como parte del equipo estadounidense si Michael Phelps es nombrado líder del equipo. No merece ese puesto».
Ambos atletas expresaron su descontento con Phelps, considerado uno de los mejores atletas olímpicos de todos los tiempos. No se explicaron con detalle los motivos de sus objeciones, pero la controversia en torno a los comentarios y opiniones anteriores de Phelps podría haber influido en su decisión de hablar abiertamente.
Los comentarios de Thomas y Biles causaron un revuelo inmediato, provocando fuertes reacciones del público. Los fans de ambas atletas expresaron su apoyo a su derecho a expresarse, mientras que otros criticaron su negativa a competir bajo el liderazgo de Phelps. La reacción alcanzó un nuevo nivel cuando el multimillonario empresario Elon Musk se sumó a la conversación, con sus propios comentarios polémicos.
En un tuit que avivó aún más la polémica, Musk declaró: «Si vas a darle la espalda al equipo estadounidense por una sola persona, quizás sea mejor que reconsideres tu lugar en el sistema». Sus palabras provocaron inmediatamente una condena generalizada por parte de los partidarios de Thomas y Biles, aunque algunos coincidieron con la postura de Musk. La situación se intensificó rápidamente, y tanto Thomas como Biles se enfrentaron a una importante reacción pública.
Esto ha resultado en lo que solo puede describirse como una ola de boicot contra los dos atletas, y algunos han pedido que abandonen Estados Unidos por completo. La situación ha llegado a un punto en el que muchos se preguntan si los próximos Juegos Olímpicos de 2028 se verán eclipsados por tales controversias y si este tipo de disputas afectarán el espíritu de los Juegos.
Hasta el momento, Thomas y Biles no han cedido en sus posiciones, a pesar de la creciente controversia. La disputa pública también ha planteado importantes preguntas sobre el papel del liderazgo en el deporte, la influencia de figuras históricas como Michael Phelps y cómo los atletas navegan en la compleja intersección de la política, las creencias personales y sus carreras profesionales.
Mientras las consecuencias continúan, una cosa está clara: esta controversia ha dividido profundamente a la comunidad olímpica y, sin duda, será uno de los principales temas de conversación antes de los Juegos de 2028. La pregunta sigue siendo si los dos atletas se mantendrán firmes en sus decisiones o si la presión de la opinión pública provocará un