En una noticia impactante que ha sacudido tanto el mundo deportivo como el tecnológico, el CEO de Apple, Tim Cook, ha extendido un contrato de 245 millones de dólares a Scottie Scheffler, ganador del Open Championship de 2025, para liderar una campaña publicitaria global de la nueva línea de iPhone de Apple. El acuerdo, una de las ofertas de patrocinio más cuantiosas en la historia del deporte, depende de que Scheffler promocione las funciones de vanguardia del iPhone, incluyendo los rumores de avances en inteligencia artificial y una tecnología de cámara superior. Sin embargo, la respuesta de Scheffler —una sola y misteriosa frase— ha dejado a la comunidad golfista, a los ejecutivos de Apple y a los aficionados de todo el mundo completamente desconcertados, alimentando un frenesí de especulaciones en plataformas como X.
Tras su imponente victoria en Royal Portrush, donde se alzó con el Claret Jug y su cuarto título importante, Scheffler ha consolidado su estatus como la superestrella reinante del golf. Con ganancias profesionales cercanas a los 100 millones de dólares y una temporada estelar en 2025 que incluye victorias en el Campeonato de la PGA y el Abierto Británico, el estadounidense de 29 años es un objetivo prioritario para las marcas que buscan influencia global. Fuentes sugieren que Cook considera la imagen impecable de Scheffler, reforzada por sus valores familiares y su encanto natural, la opción perfecta para impulsar la marca Apple en medio de la feroz competencia de gigantes tecnológicos como Samsung y Google. La campaña propuesta posicionaría a Scheffler como la imagen de la incursión de Apple en las funciones de deporte y bienestar, en particular a través de la integración del iPhone y el Apple Watch.
Aunque se desconoce el texto exacto de la respuesta de una sola línea de Scheffler, fuentes internas la describen como una declaración audaz e inesperada que pilló a Apple desprevenida. Algunos especulan que podría haber rechazado la oferta por completo, priorizando su enfoque en el golf y su vida personal sobre el lucro. Otros creen que su respuesta podría reflejar su ingenio característico, quizás una broma sobre preferir la simplicidad del fairway al brillo de una campaña tecnológica. Las redes sociales están inundadas de teorías, con una publicación de X bromeando: “¿Acaso Scheffler le acaba de decir a Tim Cook: ‘Prefiero salir de un búnker que vender teléfonos’?”. La ambigüedad no ha hecho más que aumentar la intriga, convirtiendo el próximo paso de Scheffler en un tema candente.
Para Apple, la oferta de 245 millones de dólares subraya su agresiva estrategia para dominar el mercado de smartphones, a la vez que sortea retos como las amenazas arancelarias y el escrutinio de sus iniciativas de inteligencia artificial. Asociarse con Scheffler podría ampliar su atractivo para un público más joven y aficionado al deporte. Para Scheffler, cuyos patrocinios con Nike, TaylorMade y Rolex ya le reportaron 28 millones de dólares en 2024, este acuerdo eclipsaría sus patrocinios actuales. Sin embargo, su énfasis público en la familia —a menudo visto celebrando con su esposa, Meredith, y su hijo, Bennett— sugiere que podría no dejarse convencer por la enorme suma.
El mundo del golf está en vilo, preguntándose si Scheffler aceptará o rechazará la oferta de Apple. ¿Su respuesta transformará la forma en que los atletas interactúan con los gigantes corporativos, o será un momento fugaz de desafío? Mientras los debates se intensifican en X con hashtags como #SchefflerApple y #iPhoneDeal, el choque entre el chico dorado del golf y el titán de Silicon Valley ha creado una historia que cautiva más allá de los fairways. Todas las miradas están puestas en Scheffler mientras el mundo espera que se aclare su enigmática respuesta.