LONDRES — En un giro inesperado de los acontecimientos que ha sacudido al mundo del tenis, Novak Djokovic, uno de los jugadores más emblemáticos de todos los tiempos, ha sido sancionado con una multa histórica por interrumpir la rueda de prensa oficial previa a la esperada final de Wimbledon 2025 entre el actual número uno del mundo, Jannik Sinner, y el español Carlos Alcaraz.
Todo ocurrió en la sala de prensa central del All England Lawn Tennis Club, donde los finalistas se encontraban respondiendo preguntas de los medios internacionales. El ambiente era tenso pero respetuoso, hasta que Djokovic apareció por sorpresa, irrumpiendo en la sala sin previo aviso.
Según los testigos, el serbio alzó la voz desde el fondo y exclamó:
“¿Es esta la nueva era del tenis o solo un teatro con nuevos actores?”
El comentario generó una mezcla de risas nerviosas y murmullos de incomodidad entre los periodistas y asistentes. Sinner y Alcaraz, visiblemente sorprendidos, intentaron mantener la compostura, mientras los moderadores intentaban controlar la situación.
Minutos después, el director ejecutivo de Wimbledon, Sir Anthony Bridgeman, emitió un comunicado oficial:
“No podemos tolerar este tipo de comportamiento, independientemente de la trayectoria del jugador. Wimbledon representa respeto, excelencia y deportividad. Hoy, esos valores fueron desafiados.”
La sanción no tardó en llegar. La organización impuso a Djokovic una multa de 250.000 libras esterlinas, la más alta impuesta por conducta indebida en el marco de Wimbledon en la última década. Además, se presentó una queja oficial ante la ATP, que ya está evaluando posibles sanciones adicionales.
Sin embargo, fue la reacción posterior de Djokovic la que realmente dejó atónitos a todos los presentes.
Horas después del incidente, Djokovic regresó al club y pidió la palabra durante una rueda de prensa especial no programada. Allí, con voz calmada pero firme, se dirigió directamente a Sinner y Alcaraz, quienes también fueron invitados a estar presentes.
“Si interrumpí, fue porque me duele ver cómo el tenis cambia tan rápido, sin dejar espacio para el diálogo. No vine a ofender, vine a recordar que este deporte es más grande que cualquiera de nosotros. Me equivoqué en la forma, pero no en la intención.”
El silencio en la sala fue total. Alcaraz, lejos de mostrarse molesto, se levantó de su asiento, se acercó a Djokovic y le dio la mano. Sinner lo siguió con un breve abrazo. Fue un momento cargado de simbolismo y respeto, que dio un giro completo a la narrativa del día.
En redes sociales, la situación generó opiniones divididas. Algunos criticaron duramente al serbio, calificando su actitud de egoísta e irrespetuosa. Otros, sin embargo, elogiaron su honestidad y su capacidad de reconocer el error públicamente.
Rafael Nadal, desde Mallorca, publicó un mensaje en su cuenta de X (antes Twitter):
“Todos cometemos errores. Lo importante es cómo los enfrentamos. Respeto para Novak por dar la cara.”
Mientras tanto, la final entre Sinner y Alcaraz sigue en pie y es una de las más esperadas de los últimos años. El episodio ha añadido una dosis inesperada de drama y atención mediática, con entradas agotadas y récords de audiencia previstos.
Expertos en comunicación deportiva coinciden en que este incidente, aunque polémico, ha generado un debate necesario sobre el legado de los veteranos en el tenis moderno.
¿Está el tenis listo para decir adiós definitivo a la era de Djokovic, Nadal y Federer?
¿O estos gigantes todavía tienen algo que decir, incluso fuera de la cancha?
Lo cierto es que Wimbledon 2025 ya está dejando huella, no solo por lo que ocurre con la raqueta, sino también por lo que se dice con el corazón. Y en medio de todo, Novak Djokovic —con sus luces y sombras— sigue siendo protagonista, para bien o para mal.