En una batalla legal sin precedentes, la nadadora transgénero Lia Thomas ha demandado a Brent Nowicki, director de World Aquatics (la Federación Internacional de Natación), tras prohibirle participar en las pruebas de natación femenina de los próximos Juegos Olímpicos. Thomas, quien hizo historia como la primera mujer abiertamente transgénero en competir en la natación femenina de la División I de la NCAA, ha estado en el centro de la controversia por su participación en competiciones femeninas desde su transición.
En su presentación ante el tribunal, Thomas argumentó: «Su Señoría, es injusto e ilógico que, tras mi transición a mujer, no se me permita competir en eventos femeninos. He trabajado incansablemente para llegar a este momento y merezco la oportunidad de competir como cualquier otra atleta femenina».
El caso legal gira en torno a la elegibilidad de Thomas para competir contra mujeres biológicas, a pesar de su transición de género. Su lucha por la inclusión en la natación femenina ha generado un amplio debate, con muchos cuestionando la imparcialidad de permitir que las mujeres transgénero compitan en eventos femeninos, especialmente cuando se les asignó el sexo masculino al nacer.
Durante la sesión judicial, Brent Nowicki, presidente de World Aquatics, dio una impactante respuesta de cinco palabras que conmocionó a la sala: “Hiciste la transición, pero tu cuerpo es masculino”. Su breve y directo comentario dejó a Thomas visiblemente atónito y al tribunal en un alboroto.
Tras el arrebato, Nowicki profundizó en su postura. «Aunque has hecho la transición, tu fuerza física sigue siendo la de un hombre», dijo. «Permitirte competir en pruebas femeninas no sería justo para las demás atletas. Como presidente de World Aquatics, he implementado una norma que prohíbe a las atletas transgénero competir en competiciones femeninas».
La postura de Nowicki se basa en la creencia de que, si bien la transición de género puede alterar la composición hormonal de un atleta, las ventajas físicas conservadas de la pubertad masculina, como la masa muscular y la densidad ósea, generan un desequilibrio en las competiciones. Argumenta que esto otorga a las mujeres transgénero una ventaja injusta, incluso después de someterse a terapia de reemplazo hormonal (TRH) o cirugías de reafirmación de género.
La sala del tribunal estalló en acaloradas respuestas de ambas partes, ya que el caso se ha convertido en un punto álgido del debate general sobre la inclusión de las personas transgénero en el deporte. El equipo legal de Thomas argumentó que dicha prohibición viola sus derechos y el principio de competencia justa, mientras que quienes critican su participación en eventos femeninos creen que la ventaja competitiva que le otorga su físico masculino no puede ignorarse.
“No se trata solo de mis derechos”, dijo Thomas en una emotiva declaración tras la audiencia. “Se trata del derecho de todos los atletas transgénero a tener la oportunidad de competir y ser reconocidos por su arduo trabajo. Negarme a mí y a otros esta oportunidad es una injusticia”.
La controversia ha llamado la atención de atletas, grupos de defensa y fanáticos de todo el mundo, y muchos se ponen del lado de Thomas en su lucha por la igualdad, mientras que otros argumentan por la necesidad de garantizar la equidad en los deportes femeninos.
A medida que el caso continúa su curso, el futuro de los atletas transgénero en las competiciones de élite sigue siendo incierto. El resultado de esta demanda podría sentar un precedente para la inclusión de las personas transgénero en el deporte, especialmente en competiciones de alto nivel como los Juegos Olímpicos, y podría llevar a una reevaluación de las políticas de las organizaciones deportivas a nivel mundial.
Por ahora, todas las miradas están puestas en el tribunal, donde se decidirá el destino de las aspiraciones olímpicas de Lia Thomas y si el tema de la inclusión transgénero en los deportes seguirá dominando la conversación mundial.