El 6 de junio de 2025, Ellen DeGeneres conmocionó al mundo del entretenimiento al anunciar que “nunca regresará a Estados Unidos” mientras finaliza su mudanza al Reino Unido. La presentadora, de 67 años, y su esposa, Portia de Rossi, han vendido su icónica mansión en Montecito, California, por $32 millones, según informes de bienes raíces. La decisión llega tras años de controversias que han marcado el ocaso de su carrera, incluida la polémica sobre el ambiente laboral tóxico en The Ellen DeGeneres Show, que terminó en 2022. En un comunicado compartido en X, DeGeneres expresó su deseo de “un nuevo comienzo” en el extranjero, citando el encanto de la campiña inglesa y un cambio de ritmo.

La mansión de Montecito, adquirida en 2019 por $27 millones, era un símbolo del éxito de DeGeneres, con sus cinco dormitorios, jardines extensos y vistas al océano. Su venta, reportada por The Wall Street Journal, marca el fin de una era para la pareja, que ha estado comprando y vendiendo propiedades de lujo durante años. Fuentes cercanas indican que DeGeneres y de Rossi han adquirido una residencia en los Cotswolds, una región conocida por su tranquilidad y popularidad entre celebridades británicas. Los usuarios de X han reaccionado con sorpresa, algunos elogiando su valentía para empezar de nuevo, mientras otros especulan que la mudanza es una respuesta a la creciente polarización en Estados Unidos.
El anuncio de DeGeneres coincide con un momento de tensiones políticas en el país, especialmente tras recientes decisiones de la administración Trump, como la prohibición de banderas LGBTQ+ en edificios gubernamentales. Aunque DeGeneres no mencionó explícitamente estas políticas, su partida ha generado especulaciones sobre su descontento con el clima social actual. En X, algunos seguidores lamentaron su salida, destacando su legado como pionera en la visibilidad LGBTQ+, mientras que críticos señalaron su silencio sobre temas políticos recientes.
La mudanza plantea preguntas sobre el futuro de DeGeneres en el entretenimiento. Aunque ha insinuado proyectos en el Reino Unido, no hay detalles concretos. Su partida deja un vacío en Hollywood, donde alguna vez fue una de las figuras más queridas. Mientras tanto, la venta de su casa de Montecito y su promesa de no regresar han avivado debates sobre la relación entre las celebridades y el panorama cultural de Estados Unidos, con muchos preguntándose si otras figuras seguirán su ejemplo en busca de nuevos horizontes.