En septiembre de 1969, mineros de la aldea de Rzhavchik, en la región de Kemerovo, Rusia, hicieron un descubrimiento que asombró al mundo científico. A unos 70 metros de profundidad, desenterraron un ataúd de mármol con una intrincada decoración, lleno de un líquido azul rosado, en cuyo interior yacía una mujer que parecía estar dormida. Se dice que esta “Princesa Tisul”, como se la llamó posteriormente, tiene 790 millones de años, una edad que sacude los cimientos de la teoría de la evolución. Se dice que una misteriosa perla, vinculada según la leyenda al primer emperador Qin, hizo posible su preservación prístina. Sin embargo, la historia está envuelta en misterio y duda, ya que los informes oficiales son escasos y los hallazgos fueron supuestamente mantenidos en secreto por las autoridades.
La mujer, de unos 30 años, tenía finos rasgos europeos, grandes ojos azules y cabello castaño oscuro y rizado con un toque rojizo que le llegaba hasta la cintura. Llevaba un vestido de encaje transparente hasta la rodilla con bordados florales, pero no llevaba ropa interior. Sobre su cabeza había una caja metálica rectangular con un extremo redondeado, cuya función aún no está clara. El líquido del ataúd, que mantenía su piel rosada y vibrante, perdió su potencia al ser drenado, y el cuerpo comenzó a descomponerse inmediatamente. Al ser reemplazado, se dice que la mujer recuperó su aspecto natural, alimentando la leyenda de un misterioso método de conservación.
La conexión con la perla del emperador Qin, Qin Shi Huang, quien unificó China entre el 221 y el 210 a. C., es particularmente intrigante. Qin Shi Huang era conocido por su obsesión con la vida eterna e instó a los alquimistas a buscar un elixir de vida. Su mausoleo, custodiado por el Ejército de Terracota, está impregnado de leyendas de ríos de mercurio y artefactos mágicos. Algunos especulan que la perla, mencionada en textos antiguos, era una sustancia alquímica que preservó a la princesa. Sin embargo, la datación de 790 millones de años plantea un enigma, ya que la ciencia asume que solo existían organismos marinos primitivos en esa época. Algunos investigadores, como un profesor de Novosibirsk que, según se informa, estudió los hallazgos, afirmaron que el descubrimiento reescribiría la historia de la humanidad, pero tales afirmaciones nunca han sido confirmadas oficialmente.
La historia de la Princesa Tisul está envuelta en controversia. Tras su descubrimiento, el ataúd fue transportado en helicóptero y la zona fue acordonada. Testigos reportaron sucesos extraños: el descubridor del ataúd, Ivan Karnoukhov, murió poco después en un accidente de motocicleta, y otro trabajador se ahogó al intentar cargarlo. Las leyendas locales hablan de la “Maldición de la Mujer Hermosa”. En 1973, los militares regresaron y evacuaron las aldeas cercanas sin dar ninguna explicación. Los rumores de otros ataúdes, datados en 200 millones de años, en una isla en un lago cercano, aumentan el misterio.
Los críticos dudan de la autenticidad de la historia. La datación de 790 millones de años contradice la cronología científica, ya que no existía vida compleja en esa época. Algunos sugieren que se trata de una falsificación o una datación errónea, posiblemente por 800.000 años en lugar de millones. Otros especulan sobre orígenes extraterrestres o viajes en el tiempo, ya que el vestido de la princesa estaba hecho de una tela desconocida para la tecnología moderna. La caja metálica y el líquido, compuesto en parte por compuestos de cebolla y ajo, añaden aún más misterio. Sin acceso a los hallazgos originales, que supuestamente las autoridades soviéticas mantuvieron en secreto, la historia sigue siendo especulativa.
La conexión con el Emperador Qin puede ser simbólica, inspirada en su búsqueda de la inmortalidad. Su mausoleo, descubierto en 1974, contenía altas concentraciones de mercurio, lo que alimentó los rumores de un “elixir de vida”. Sin embargo, la distancia histórica entre la dinastía Qin y la supuesta datación de la princesa hace improbable una conexión directa. No obstante, la historia es fascinante, ya que plantea preguntas sobre civilizaciones perdidas y tecnologías desconocidas.
La Princesa Tisul sigue siendo un misterio sin resolver. Sin pruebas concretas ni acceso a los hallazgos, es difícil distinguir la realidad de la ficción. Para los habitantes de Rzhavchik, es una leyenda cargada de maldiciones y secretos. Para los estudiosos, es un estímulo para desafiar los límites de nuestro conocimiento histórico. El mundo aguarda nuevas revelaciones, pero hasta entonces, la princesa sigue siendo una bella durmiente, envuelta en un misterio que ha perdurado durante siglos.