El Gran Premio de España, que normalmente es una cita de transición dentro del calendario de Fórmula 1, terminó convirtiéndose en el epicentro de una tormenta de medios para el equipo de Aston Martin. Lance Stroll, piloto canadiense e hijo del propietario del equipo de Lawrence Stroll, protagonizó un acto que no pasó desapercibido: decidió retirarse voluntariamente de la carrera en la gira 39, alegando “falta de motivación y frustración para el rendimiento del automóvil”. Sin embargo, lo que parecía una decisión personal impulsiva ha descubierto una crisis interna de dimensiones importantes.

Según fuentes cercanas a Paddock, la directiva del equipo británico pronto reacciona. En una puerta cerrada, varios puestos superiores solicitaron formalmente el inicio inmediato de la lanza del equipo. La frase que retumbó entre los pasillos fue brutal y sin matices:“Está acostumbrado a la arrogancia actuada, siempre cree en el centro de atención por ser el hijo del propietario. No aceptamos que esa persona se quede”.La cita habría sido pronunciada por un gerente senior del área técnica, quien aseguró que el ambiente de trabajo se ha vuelto “tóxico e insostenible” debido a las actitudes del joven piloto.

El problema no es nuevo. Dentro del equipo, las tensiones relacionadas con la figura de Lance se habían acumulado durante meses. Los ingenieros y estrategas han reportado dificultades para trabajar con él, no debido a la falta de talento, sino a una actitud que se describe como “arrogante, caprichoso y desconectado de la realidad”. En más de una ocasión, Stroll habría desestimado sugerencias técnicas y exigido cambios en el automóvil sin cimientos claros, generando demoras y frustración entre los miembros del equipo.

Lo que sucedió en Barcelona fue la gota que llenó el vaso. Mientras Fernando Alonso luchó por puntos en condiciones complicadas, Stroll, que ya estaba fuera del top 10, pidió que la radio dejara la carrera sin problemas mecánicos aparentes. Las cámaras lo capturaron fuera del auto con una mezcla de indiferencia y molestia, ignorando a varios miembros del equipo que intentaron comprender su decisión. La escena generó una profunda incomodidad, tanto en la caja como en la sede del equipo en Silverstone.

Aunque Lawrence Stroll no ha hablado oficialmente, se sabe que ha sido presionado internamente para actuar como propietario, no como padre. Algunos inversores del equipo incluso habrían amenazado con revisar su apoyo financiero si no hay medidas que “restaure la profesionalidad y la meritocracia en Aston Martin”.

Por su parte, Lance no ha dado declaraciones a los medios desde el incidente. Su cuenta de redes sociales permanece inactiva y su entorno mantiene el silencio absoluto. Sin embargo, los rumores sugieren que podría anunciar su retirada temporal de la categoría en los próximos días, posiblemente hasta el final de la temporada, aunque también se habla de un descanso definitivo.

Mientras tanto, la atmósfera en Aston Martin es de máxima tensión. Con Alonso se comprometió a seguir al menos hasta 2026 y el equipo que prepara el auto nuevo con el soporte técnico de Honda, la presencia de Lance Stroll se ha convertido en un tema incómodo. Varios miembros del personal han declarado que “el proyecto no puede avanzar si permanecemos vinculados a la dinámica familiar que dañe la cohesión del grupo”.
La Fórmula 1 es un deporte donde el rendimiento y la disciplina definen las razas. Y en este momento, para muchos dentro de Aston Martin, Lance Stroll ha perdido no solo el control del automóvil, sino también el respeto de quienes lo rodean.