La historia entre Shakira y Gerard Piqué parecía haber quedado en el pasado, pero los ecos del escándalo siguen resonando con fuerza en la vida de todos los implicados. Esta vez, el foco no estuvo en el exfutbolista ni en la cantante, sino en la madre de él, Montserrat Bernabeu, quien, según versiones cercanas a la familia, no pudo soportar más la tensión. Rodeada por la tormenta mediática, las deudas que se acumulaban y el constante escrutinio público, habría decidido dar un paso inesperado: acudir a Shakira y pedirle perdón.
Las supuestas palabras que pronunció, con la voz quebrada y lágrimas en los ojos, habrían sido: “Hija, por favor, perdóname, estoy demasiado cansada ya”. Esta súplica no solo sorprendió a los presentes, sino que también desató una ola de comentarios en redes sociales. Muchos se preguntaron si, después de tanta tensión, una reconciliación parcial entre la cantante y la madre de Piqué podría ser posible.
La petición de Montserrat tenía un objetivo claro: convencer a Shakira de retirar una demanda que, según diversas fuentes, pesaba sobre la familia. La situación económica de los padres de Piqué no atravesaba su mejor momento y la presión de la opinión pública había llegado a un punto insoportable. La imagen de una mujer fuerte y orgullosa parecía haberse derrumbado frente al huracán mediático que nunca cesa desde que la separación se hizo pública.
Sin embargo, lo que más sorprendió fue la respuesta de Shakira. Aunque se ha mantenido firme y determinada durante todo este tiempo, la artista no se mostró indiferente ante la desesperación de Montserrat. Dicen que la miró fijamente, con un silencio prolongado que generó aún más tensión, y luego pronunció unas palabras que nadie esperaba. Según las versiones, lo que dijo fue tan fuerte y contundente que al inicio descolocó a todos, pero inmediatamente después provocó una reacción inesperada en la madre de Piqué.
Montserrat, al escucharla, primero saltó de alegría, gritando de felicidad como si de repente se hubiera quitado un gran peso de encima. Los que estaban allí aseguraron que jamás la habían visto tan emocionada. Pero ese momento de euforia duró poco. Las frases que siguieron, las condiciones que Shakira habría puesto sobre la mesa, fueron tan serias que la dejaron pálida, temblorosa y sin aliento.
El rumor creció como pólvora en las redes. Algunos sostenían que Shakira había aceptado ceder, pero con exigencias tan duras que, en la práctica, resultaban imposibles de cumplir. Otros aseguraban que lo que la cantante pretendía era dar una última lección a quienes la habían juzgado y señalado durante tanto tiempo. Lo cierto es que la escena, descrita por quienes aseguran haber sido testigos, se convirtió en uno de los capítulos más dramáticos y comentados de esta interminable historia.
Mientras tanto, la opinión pública sigue dividida. Hay quienes creen que Shakira actuó con justicia, defendiendo lo que le corresponde, y otros opinan que la súplica de una madre agotada merecía mayor compasión. Lo que nadie discute es que este episodio ha dejado claro que el drama entre ambas familias está lejos de terminar.