Karoline Leavitt, portavoz del ex presidente Donald Trump, ha anunciado oficialmente que una posible nueva administración de Trump no reconocerá el mes de junio como “mes de orgullo”, o el mes dedicado a la celebración de los derechos LGBTQ+. Además, confirmó que no se asignará ningún fondo federal para eventos, desfiles o iniciativas relacionadas con la comunidad Rainbow.
La declaración llega en un momento en que la campaña electoral en los Estados Unidos está cada vez más. Leavitt explicó la posición del ex presidente en términos claros:
“El presidente Trump no considera sensato gastar 200 millones de dólares en festivales y desfiles por un porcentaje de menos del 7% de la población. Preferimos usar esos fondos para lidiar con el problema de los veteranos sin hogar”.
Esta postura refleja la línea conservadora y populista que caracterizó el primer término de Trump, y que ahora está relanzado con aún más fuerza. Según sus partidarios, se trata de prioridades sociales y económicas, con un enfoque mayor hacia los problemas internos que afectan una porción más grande de la población, como la crisis de los veteranos sin hogar.
Sin embargo, la decisión ya ha planteado fuertes controversias entre los activistas LGBTQ+ y varios exponentes políticos democráticos. Según muchos críticos, el anuncio representa un paso atrás hacia la visibilidad y la inclusión, y corre el riesgo de alimentar aún más el clima de división cultural e ideológica en el país.
En años anteriores, especialmente durante la administración Biden, el Mes del Orgullo se celebró oficialmente con eventos en la Casa Blanca, iluminación simbólica y apoyo a iniciativas destinadas a promover la igualdad de los derechos. Una posible parada a estos premios federales representaría, para muchos, un cambio drástico de la política cultural estadounidense.
Por otro lado, Leavitt reiteró que no es “discriminación”, sino de “opciones de presupuesto y sentido común”:
“Estamos en un momento en que millones de estadounidenses están luchando por llegar al fin de mes. Los veteranos que sirvieron a nuestro país viven en la calle. Ahí es donde debería ir nuestro dinero”.
Por lo tanto, el anuncio parece destinado a convertirse en uno de los puntos calientes del debate electoral en los próximos meses, una vez más dividiendo la opinión pública entre aquellos que ven un retorno al orden en movimiento y aquellos que lo consideran un ataque a los derechos civiles.