La joven estrella del FC Barcelona, Lamine Yamal, ha generado una auténtica tormenta mediática tras anunciar de manera contundente la ruptura inmediata de su acuerdo de patrocinio con la empresa tecnológica Astronomer, luego de que saliera a la luz un escándalo que involucra al CEO de la compañía, Andy Byron.
Según informes de prensa, Byron fue sorprendido intentando mantener una aventura con Kristin Cabot, una empleada subordinada dentro de la empresa, durante un viaje corporativo. La noticia se viralizó rápidamente, generando indignación pública y cuestionamientos éticos hacia la cultura empresarial de Astronomer.
En una reacción inmediata, Yamal tomó posición a través de sus redes sociales, afirmando:
“Siempre estaremos del lado de las madres y las protegeremos — cueste lo que cueste. No puedo representar a una empresa que normaliza este tipo de dinámicas abusivas.”
La declaración fue celebrada inicialmente por miles de seguidores, que aplaudieron la valentía del joven jugador por hablar abiertamente sobre un tema delicado. Sin embargo, la situación dio un giro inesperado pocas horas después, cuando el propio Andy Byron respondió públicamente, defendiendo su versión de los hechos y amenazando con acciones legales por difamación si Yamal no se retractaba.
La presión legal y mediática obligó al futbolista de apenas 17 años a emitir una disculpa pública apresurada, en la que afirmó que su intención nunca fue “juzgar sin pruebas concluyentes” y que lamentaba si sus palabras fueron malinterpretadas.
“Mis valores siguen siendo los mismos, pero reconozco que no me corresponde juzgar públicamente situaciones personales complejas sin conocer todos los detalles. Mis disculpas a quienes se hayan sentido afectados.”, concluyó Yamal en su comunicado.
Este giro ha desatado un intenso debate en redes sociales: algunos defienden el derecho del jugador a expresarse y tomar postura, mientras otros critican la falta de asesoramiento en su entorno para manejar crisis de este calibre.