En un sorprendente giro de los acontecimientos, la actriz y activista Alyssa Milano acusó públicamente al multimillonario empresario Elon Musk de orquestar una campaña deliberada para descarrilar su carrera y diezmar su estabilidad financiera. En una emotiva declaración compartida en redes sociales, Milano, visiblemente consternada, afirmó que las acciones de Musk le han costado más de la mitad de su patrimonio y le han provocado importantes reveses profesionales. Ahora exige una asombrosa indemnización de 400 millones de dólares para cubrir los presuntos daños a su sustento.
Las acusaciones de Milano se derivan de una serie de disputas públicas con Musk, en particular por sus críticas a su liderazgo en X, la plataforma de redes sociales que adquirió en 2022. Alega que la respuesta de Musk a sus críticas —en particular su decisión de cambiar su Tesla por un Volkswagen eléctrico— desencadenó una cascada de consecuencias. Según Milano, los comentarios burlones de Musk, incluyendo una publicación ahora infame donde escribió: “Alyssa Milano ama a Hitler”, dañaron gravemente su reputación. Afirma que esto la llevó a perder oportunidades como actriz, a ser incluida en listas negras de la industria y a una menor presencia en redes sociales, lo que, según ella, ha afectado su capacidad para conseguir patrocinios y papeles.
La actriz sostiene además que la influencia de Musk va más allá de las redes sociales, acusándolo de usar su vasta red para marginarla en Hollywood. Milano mencionó sus recientes dificultades para conseguir proyectos importantes, afirmando que sus abiertas opiniones liberales y su disputa pública con Musk la han convertido en blanco de ataques. “Lo he perdido todo”, dijo en un video entre lágrimas. “Mis ahorros, mi carrera, mi voz; Elon Musk me lo ha arrebatado todo porque me atreví a alzar la voz”. Su demanda de 400 millones de dólares, argumenta, refleja el costo financiero y emocional acumulado de estos eventos.
Musk, conocido por sus respuestas rápidas en X, no dudó en abordar las afirmaciones de Milano. En una serie de publicaciones, desestimó sus acusaciones como “absurdas” y “oportunistas”, sugiriendo que el declive de su carrera es anterior al conflicto. “La carrera de Alyssa Milano se estaba desvaneciendo mucho antes de que yo llegara”, escribió Musk. “Culparme por sus decisiones es un nuevo mínimo”. También hizo referencia a su cambio a Volkswagen, señalando la ironía dados los vínculos históricos de la compañía con la Alemania nazi, un golpe que ha avivado aún más su disputa. Desde entonces, el equipo legal de Musk ha emitido un comunicado negando cualquier irregularidad y prometiendo luchar contra cualquier posible demanda.
Los analistas de la industria están divididos ante la controversia. Algunos argumentan que las afirmaciones de Milano ponen de relieve las consecuencias reales de las disputas en línea con figuras poderosas como Musk, cuya influencia abarca la tecnología, los medios de comunicación y la política. Otros, sin embargo, consideran exageradas sus acusaciones, señalando que su trayectoria profesional ya había cambiado debido a la dinámica cambiante de la industria y a su enfoque en el activismo por encima de la actuación.
A medida que se desarrolla la disputa, los partidarios de Milano se han unido a ella, amplificando su demanda de rendición de cuentas con hashtags como #StandWithAlyssa. Mientras tanto, los defensores de Musk argumentan que sus demandas son un intento de aprovecharse de su riqueza y perfil público. Con ambas partes atrincherándose, este enfrentamiento de alto riesgo está a punto de acaparar titulares, planteando preguntas sobre el poder, la influencia y el coste de expresarse abiertamente en la era digital.