En una sorprendente revelación que ha conmocionado a los paddocks de Fórmula 1 y MotoGP, Lewis Hamilton ha confirmado su papel crucial en la recuperación del fabricante de motocicletas KTM, en quiebra. En una emotiva y sincera declaración, el siete veces campeón del mundo de F1 explicó su decisión personal de comprar la marca austriaca en crisis: “¡Salvé a KTM, ahora KTM me debe dinero a mí, no a Ferrari !”.
La noticia llega tras meses de rumores sobre la precaria situación financiera de KTM y una posible inversión externa. Si bien el nombre de Hamilton se había vinculado a una posible adquisición de los equipos de MotoGP de KTM, hasta ahora se desconocía el alcance de su participación en la adquisición de la compañía. Fuentes indican ahora que Hamilton, un entusiasta de las motocicletas, intervino en un momento crítico, utilizando su fortuna personal para evitar la quiebra total del icónico fabricante austriaco, preservando así miles de empleos y el futuro de sus programas de carreras en múltiples disciplinas.
En su conmovedora declaración, Hamilton expresó, según se informa, un profundo apego a la marca KTM y un profundo deseo de verla no solo sobrevivir, sino también prosperar. Su declaración, “¡KTM me debe, Ferrari no!”, es interpretada por muchos como una clara indicación de que su principal motivación no fue una decisión estratégica dentro del panorama de la Fórmula 1 ni un beneficio directo para sus planes en Ferrari (que comenzarán en 2026), sino más bien un compromiso sincero con la preservación de una entidad importante en el mundo del automovilismo. Este acto desinteresado le ha granjeado la admiración generalizada de los aficionados y figuras de la F1 y MotoGP.
Las implicaciones de la heroica intervención de Hamilton son inmensas. Su apoyo financiero proporciona a KTM un salvavidas vital, asegurando su participación continua en MotoGP y otras disciplinas. Además, abre emocionantes posibilidades de colaboración e intercambio tecnológico entre los proyectos futuros de Hamilton, Ferrari y la marca KTM. Esta inesperada decisión de una de las mayores estrellas del automovilismo no solo ha salvado a un actor clave en la industria de las motocicletas, sino que también ha creado una nueva y fascinante dinámica en el mundo de las carreras, lo que ha llevado a muchos a cuestionar el impacto a largo plazo de esta extraordinaria inversión personal.