Pocos datos conocidos sobre el Ferrari Monza SP2 de 1,8 millones de dólares de Max Verstappen, un Speedster V12 de 799 CV del que solo se fabricaron 499 ejemplares en todo el mundo.
Max Verstappen, tricampeón mundial de Fórmula 1, no solo es un fenómeno en los circuitos, sino también un apasionado de los coches con una impresionante colección. Una de las joyas de la corona en su garaje es el Ferrari Monza SP2, una exclusiva estrella de la velocidad con un precio de 1,8 millones de dólares y una producción de tan solo 499 unidades en todo el mundo. Este coche, que forma parte de la prestigiosa serie Icona de Ferrari, combina un diseño retro inspirado en los legendarios Barchetta de los años 50 con tecnología moderna y un rendimiento inigualable. Aunque muchos aficionados conocen la compra de este coche por parte de Verstappen en 2020, hay algunos detalles menos conocidos sobre esta excepcional máquina y la relación del piloto con ella que merece la pena desvelar.
El Ferrari Monza SP2 rinde homenaje a la herencia de Ferrari en las carreras, con un diseño que evoca modelos icónicos como el 166 mm y el 750 Monza. El coche no tiene techo ni parabrisas tradicionales, lo que le proporciona una experiencia de conducción única y abierta, similar a la de un Fórmula 1 en la vía pública. En lugar de un parabrisas físico, Ferrari utiliza un sistema innovador llamado “Virtual Wind Shield”. Este sistema, que canaliza las corrientes de aire a través de una abertura en el capó, crea una burbuja aerodinámica alrededor del conductor para desviar el viento y los objetos pequeños. Esto es crucial, ya que el coche puede alcanzar velocidades de más de 300 km/h, impulsado por un motor V12 atmosférico de 6,5 litros que genera 799 CV. Es el motor más potente que Ferrari ha utilizado jamás en un coche de producción, con una aceleración de 0 a 100 km/h en tan solo 2,9 segundos.
Un hecho poco conocido es que el Monza SP2 no es una compra al alcance de cualquiera, ni siquiera con suficientes recursos económicos. Ferrari selecciona cuidadosamente a sus compradores, y los clientes fieles y coleccionistas los prefieren. Fue notable que Verstappen, entonces piloto de Red Bull y un acérrimo crítico del equipo de Fórmula 1 de Ferrari, recibiera la aprobación para comprar este coche. En 2019, acusó a Ferrari de usar una fuente de energía ilegal, lo que hará que su compra del Monza SP2 sea aún más intrigante en 2020. Esto demuestra su aprecio por la artesanía de Ferrari, a pesar de la rivalidad en el circuito.
Otro detalle interesante es que quienes compren el Monza SP2 recibirán un mono y un casco de carreras a medida, diseñados en colaboración con casas de moda italianas. Si bien estos accesorios están pensados para enriquecer la experiencia de conducción, es poco probable que Verstappen, quien ya cuenta con innumerables cascos gracias a su trayectoria en la Fórmula 1, los use con frecuencia. Sin embargo, esto subraya la exclusividad del coche, que no es solo un vehículo, sino también una obra de arte y una experiencia de estilo de vida. El Monza SP2 está matriculado en Mónaco con la matrícula 797h, un sutil guiño a los 799 CV de su motor.
El coche no está exento de controversia. En Estados Unidos, el Monza SP2 no está homologado para circular por carretera debido a la falta de un parabrisas tradicional, pero en Europa, y en particular en Mónaco, donde Verstappen suele alojarse, se puede usar libremente. Esto lo hace perfecto para las sinuosas carreteras de la Riviera Francesa, donde se vio a Verstappen mientras dejaba rugir el motor V12. Otra curiosidad es que el Monza SP2 no tiene pantalla táctil central; funciones como Apple CarPlay y la radio se controlan mediante botones en el manillar, priorizando la experiencia de conducción pura por encima de los dispositivos modernos.
La elección de Verstappen del Monza SP2 refleja su personalidad: atrevido, inflexible y con predilección por la velocidad. Cabe destacar que, junto con otras celebridades como el futbolista Zlatan Ibrahimović y el chef Gordon Ramsay, forma parte del exclusivo club de propietarios del Monza SP2. La rareza y el alto precio del coche lo convierten en un objeto de colección, cuyo valor no hará más que aumentar. Para Verstappen, sin embargo, es más que una inversión; es un símbolo de su éxito y su pasión por los coches.
Aunque el Monza SP2 no es el único Ferrari en la colección de Verstappen (también cuenta con un SF90 Stradale y anteriormente con un 488 Pista), sigue siendo uno de los más llamativos. Su garaje, con un valor estimado de más de 6 millones de dólares, también incluye otras marcas como Aston Martin y Audi, pero el Monza SP2 sigue siendo un coche único y atractivo. Es un coche que no solo impresiona por su rendimiento, sino también por su historia: una combinación de legado, exclusividad y pura adrenalina, al igual que el mismísimo Max Verstappen.