El mundo de la Fórmula 1 vuelve a sacudirse tras un giro inesperado de los acontecimientos en el Gran Premio de Bahréin 2025. La FIA ha confirmado oficialmente la sanción contra George Russell, piloto de Mercedes, quien ha sido multado con 300,000 dólares y suspendido por dos carreras debido a una infracción técnica relacionada con el uso indebido de neumáticos.
La noticia ha causado un gran revuelo no solo entre los fanáticos del automovilismo, sino también dentro del paddock, donde la tensión ha aumentado desde que Lando Norris, piloto de McLaren, lanzara una fuerte acusación tras finalizar la carrera.
Todo comenzó poco después de la carrera en Sakhir. Lando Norris declaró en una entrevista post-carrera que sospechaba que el monoplaza de Russell había utilizado compuestos de neumáticos no autorizados durante una parte clave del Gran Premio. Estas declaraciones desataron una investigación inmediata por parte de la FIA, que en tan solo 48 horas confirmó las sospechas.
Según el informe oficial del organismo, el equipo Mercedes habría infringido el reglamento técnico 12.7.3 del Código Deportivo Internacional, que prohíbe la modificación o el uso no declarado de neumáticos durante parciales específicos de una carrera.
La multa de $300,000 y la suspensión de dos Grandes Premios (Australia y Arabia Saudita) representan una de las sanciones más severas impuestas a un piloto británico desde los tiempos de Lewis Hamilton en sus inicios. La decisión fue tomada tras comprobarse que los neumáticos traseros del coche de Russell presentaban modificaciones mínimas en el compuesto que ofrecían una ventaja no autorizada en términos de agarre y desgaste.
“El uso de este tipo de ventaja técnica, aunque sutil, compromete la integridad de la competencia”, declaró un portavoz de la FIA. “No podemos permitir que se rompan las reglas sin consecuencias claras.”
Tras la publicación del veredicto, Mercedes emitió un comunicado expresando su desacuerdo con la sanción, alegando que se trató de un error involuntario en la identificación de los compuestos durante el pit stop. Sin embargo, la FIA desestimó la defensa al considerar que el equipo tenía conocimiento previo del cambio.
Por su parte, George Russell rompió el silencio en redes sociales:
“Estoy profundamente decepcionado por esta situación. Nunca ha sido mi intención competir de forma desleal. Acepto la decisión, pero espero que la verdad salga a la luz completa.”
La suspensión de George Russell para las próximas dos carreras no solo es un duro golpe para su campaña, sino también un desafío enorme para Mercedes, que se verá obligado a recurrir a su piloto reserva, Frederik Vesti o Mick Schumacher, para cubrir su ausencia.
Con Red Bull y Ferrari acechando cada punto, esta penalización podría costarle a Mercedes no solo victorias, sino también una posición clave en el campeonato de constructores.
La comunidad de fans está dividida. Mientras algunos aplauden el coraje de Lando Norris por denunciar la posible trampa, otros lo acusan de fomentar una rivalidad tóxica dentro del circuito británico. Lo cierto es que, gracias a su testimonio, la FIA pudo actuar rápidamente.
En redes sociales, hashtags como #JusticeForLando y #RussellGate ya son tendencia mundial, alimentando una conversación que parece no terminar pronto.
El escándalo ha generado millones de interacciones en plataformas como Twitter, Instagram y Facebook. Analistas deportivos coinciden en que este tipo de polémicas, aunque negativas, aumentan el interés global en la F1, especialmente en mercados emergentes como América Latina.
