La FIA enfrenta una reacción violenta después del fiasco del Gran Premio de Mónaco: la regla obligatoria de dos paradas no se entrega, dejando a los conductores y a los fanáticos frustrados

El Gran Premio de Mónaco de 2025, anunciado como un posible cambio de juego con la nueva regla obligatoria de dos paradas obligatoria de la FIA, se convirtió en un recordatorio evidente de la lucha de Fórmula 1 para innovar en su circuito más emblemático. Con la intención de provocar estrategias agresivas de neumáticos y adelantamiento, la regla entregó un estancamiento táctico, con Lando Norris liderando un final de McLaren 1-2 junto con Oscar Piastri, seguido de Charles Lecercer de Ferrari y Max Verstappen de Red Bull en una carrera sin pase a la altura entre los líderes. El evento del 25 de mayo de 2025 expuso fallas profundas en la relevancia de Mónaco, lo que provocó reacciones furiosas de pilotos, equipos y fanáticos que lo calificaron como un “desfile” en lugar de una raza. A medida que la FIA lidia con las consecuencias, se cierran las preguntas sobre si el circuito legendario puede seguir siendo una joya de la corona sin cambios radicales.

El mandato de dos paradas, introducido para combatir la notoria falta de adelantamiento de Monaco, requirió que los equipos usen al menos dos compuestos de neumáticos, con el objetivo de forzar la diversidad estratégica. En cambio, equipos como Racing Bulls y Williams explotaron lagunas, con Liam Lawson frenando deliberadamente el centro del campo para crear vacíos para las primeras paradas de su compañero de equipo, Isack Hadjar, asegurando el mejor sexto lugar. George Russell de Mercedes, atrapado en esta congestión estratégica, optó por una penalización de drive-through en lugar de producir una posición para el novato Kimi Antonelli, destacando las consecuencias no deseadas de la regla. La parada de boxes tardía de Verstappen en la penúltima vuelta, una oferta desesperada por un automóvil de seguridad que nunca se materializó, subrayó la inutilidad de desafiar el diseño de Monaco, donde los autos F1 modernos, demasiado ancho para las calles estrechas, superaron imposibles. Martin Brundle de Sky Sports F1 capturó la frustración, declarando: “Se trata de la excelencia, el punto más alto del automovilismo, y no me gusta ver a los pilotos jugar un juego, yendo lentamente”.

La victoria compuesta de Norris, defendiendo la presión breve de Leclerc, marcó su segunda victoria de 2025, reduciendo el campeonato de Piastri a tres puntos. Sin embargo, incluso su triunfo fue eclipsado por la falta de acción de la carrera, con los cuatro primeros terminados en orden de calificación. A Leclerc, a pesar de un fuerte desempeño en el hogar, se le negó la oportunidad de desafiar debido a las limitaciones del circuito, mientras que Verstappen, atrapado detrás de Piastri por 70 vueltas, lo calificó como “una procesión”. Lewis Hamilton, aislado en quinto lugar, corrió una carrera solitaria, y la falla del motor de Fernando Alonso se sumó a los problemas de Aston Martin. El centro del campo proporcionó el único drama, con Carlos Sainz y Alex Albon orquestando estrategias sincronizadas para jugar las reglas, mientras que un auto de seguridad virtual temprano desencadenado por el accidente de Gabriel Bortoleto en Portier condujo a la fallas fallidas de Yuki Tsunoda, Pierre Gasly y Oollie Bearman.

Las redes sociales estallaron, con los fanáticos en X golpeando el experimento de la FIA. Una publicación decía: “Mónaco es un programa de yates, no una carrera. La regla de dos paradas era una broma”. Otros defendieron el prestigio del circuito, argumentando que la tradición justifica su lugar, pero el análisis previo a la carrera de Ted Kravitz, que se necesita una ventaja de cuatro segundos por libra para superar, optimista provocado. Los autos que lamen cinco segundos más lento no pudieron pasar, exponiendo un “abismo” en la competencia. Sugerencias para soluciones, como eliminar la chicana Nouvelle o extender rectas, enfrentar la seguridad y los obstáculos logísticos, con los DR en el túnel considerado demasiado arriesgado. Un diseño alternativo antes de que Portier fuera flotante pero desestimado debido a la rígida infraestructura de Mónaco.

Las consecuencias de la carrera han intensificado los llamados a la reforma. Brundle y Bernie Ecclestone cuestionaron la viabilidad de Mónaco, y este último sugiere que “ya no es un deporte”. Las propuestas como autos más pequeños o un tiempo mínimo de vuelta para frenar la manipulación de ritmo están ganando tracción, pero la tradición sigue siendo una barrera. Las implicaciones del campeonato agregan intriga: la victoria de Norris aprieta la batalla de McLaren Intra-Team, con Verstappen al acecho, pero la falta de drama de la carrera dejó a los fanáticos insatisfechos. Como señaló un usuario X, “Norris ganó, pero Mónaco perdió”. Con la FIA bajo presión para ofrecer un cambio significativo, el Gran Premio de Mónaco 2025 se ha convertido en un punto de inflexión. Sin una acción en negrita, el rediseño del circuito de TI, los ajustes del tamaño del automóvil o un replanteamiento de los formatos de carrera, F1 corre el riesgo de dejar que el sentimentalismo eclipse su núcleo competitivo, amenazando el futuro de su evento más glamoroso.