El Gran Premio de Mónaco, la joya de la corona de la Fórmula 1, siempre ha sido escenario de drama, glamour y carreras de alto riesgo. Este año, sin embargo, las calles de Montecarlo han revolucionado no solo el rugido de los motores, sino también una sorprendente revelación de Charles Leclerc, de Ferrari, que ha conmocionado al paddock. El piloto monegasco, tras una actuación imponente en los entrenamientos del viernes, soltó una bomba que ha dejado a Ferrari conmocionado y a toda la comunidad de la F1 llena de especulaciones. En el centro de esta controversia se encuentra nada menos que el siete veces campeón del mundo Lewis Hamilton, el fichaje estrella de Ferrari para 2025, cuya temporada de debut con la Scuderia ha estado bajo un intenso escrutinio.
Se esperaba que Leclerc, el héroe local que lideró tanto los entrenamientos libres 1 como 2 del viernes con una mejor vuelta de 1:11.355, se centrara en su búsqueda de dos victorias consecutivas en Mónaco. En cambio, desató una polémica con comentarios crípticos sobre la dinámica interna de Ferrari, en particular sobre la integración de Hamilton en el equipo. Si bien los detalles de la revelación de Leclerc se mantienen en secreto, fuentes cercanas al equipo sugieren que se trata de desacuerdos estratégicos y la influencia de Hamilton en el enfoque de Ferrari para el fin de semana de Mónaco. Los comentarios, realizados durante una entrevista posterior a los entrenamientos, insinuaron tensiones entre bastidores, y Leclerc, según se informa, dijo: “Hay cosas sucediendo en el garaje que la gente no ve, y no es lo que esperaba para este fin de semana”. Esta declaración vaga pero provocadora ha alimentado una especulación desenfrenada sobre la gestión de Ferrari con sus pilotos estrella.
La temporada 2025 de Ferrari ha sido una montaña rusa. A pesar de las altas expectativas generadas tras el espectacular fichaje de Hamilton desde Mercedes, el SF-25 ha tenido problemas con la preparación de los neumáticos y su rendimiento en curvas a baja velocidad, una debilidad crítica en el estrecho y sinuoso circuito de Mónaco. Los flojos resultados del equipo —solo un puesto en primera fila de la parrilla en nueve carreras, gracias a la pole position de Hamilton en China— han presionado al director del equipo, Fred Vasseur, para que cumpla. El dominio de Leclerc en los entrenamientos del viernes, donde superó al líder del campeonato, Oscar Piastri, por 0,038 segundos y a Hamilton por 0,105 segundos, sugirió un posible cambio de rumbo. Sin embargo, los comentarios de Leclerc han desviado la atención de las promesas de Ferrari en la pista hacia un caos fuera de ella.
Hamilton, tres veces ganador de Mónaco, llegó a Montecarlo con una MV Agusta F4 LH44 roja personalizada, irradiando confianza y entusiasmo por competir para Ferrari en el Principado por primera vez. Su cuarto puesto en Imola la semana pasada, su mejor resultado fuera de la carrera sprint de esta temporada, había levantado el ánimo dentro del equipo. Sin embargo, las declaraciones de Leclerc han ensombrecido el rendimiento de Hamilton, que le dio ánimos. Los expertos especulan que la frustración de Leclerc puede deberse a la insistencia de Hamilton en cambios de configuración adaptados a su estilo de conducción, posiblemente en contradicción con las preferencias de Leclerc como talento local del equipo. Los datos de telemetría de las sesiones del viernes, que mostraron la ventaja de Leclerc en curvas de baja velocidad como Tabac y la chicana final, sugieren que se ha adaptado mejor a las características del SF-25 en este circuito único. Hamilton, aunque competitivo, quedó por detrás de su compañero de equipo, lo que plantea dudas sobre si la configuración de Ferrari está optimizada para un piloto u otro.
El paddock de la F1 no es ajeno a las rivalidades internas de los equipos, pero la aireación pública de quejas de Leclerc es inusual para Ferrari, un equipo conocido por su cultura de labios herméticos. El comentarista de Sky Sports F1, Jenson Button, especuló que Ferrari podría estar experimentando con configuraciones de mayor potencia para mejorar el rendimiento, una estrategia arriesgada que podría explicar el ritmo de Leclerc, pero también las dificultades de Hamilton para igualarlo. Mientras tanto, Karun Chandhok criticó un incidente “inaceptable” en la FP1 que involucró a Hamilton y Pierre Gasly de Alpine, insinuando una tensión subyacente en el garaje. La propia colisión de Leclerc con Lance Stroll en la horquilla se sumó a la narrativa caótica, con el monegasco expresando preocupaciones sobre el manejo del SF-25, describiéndolo como teniendo “subviraje en las curvas a la derecha y sobreviraje en las curvas a la izquierda”.
La nueva regla obligatoria de dos paradas para el GP de Mónaco, diseñada para cambiar el carácter típicamente procesional de la carrera, añade otra capa de complejidad. Leclerc, a pesar de su dominio en los entrenamientos, se mantiene cauteloso, afirmando que “no está convencido” del ritmo de Ferrari en la clasificación, donde la pole position ha decidido al ganador de la carrera 32 veces en 70 ediciones. Hamilton también reconoció el desafío, enfatizando que la clasificación lo es todo en Mónaco. Sin embargo, la revelación de Leclerc ha desviado el enfoque de la estrategia a la dinámica de equipo, con aficionados y analistas cuestionando si Ferrari puede gestionar los egos de dos pilotos de talla mundial.
Mientras el circo de la F1 se prepara para la crucial clasificación del sábado, Ferrari es el centro de atención. ¿Podrá Leclerc canalizar su frustración hacia la pole position, o la experiencia y el talento de Hamilton se adueñarán del espectáculo? Y lo que es más crucial, ¿podrá Ferrari contener las consecuencias de los comentarios de Leclerc antes de que descarrilen su temporada? El GP de Mónaco, ya de por sí un espectáculo, acaba de convertirse en el epicentro de la historia más apasionante de la F1.