En un dramático giro de los acontecimientos en el Gran Premio de Emilia-Romaña de 2025, Lewis Hamilton, siete veces campeón del mundo de Fórmula 1 y actual piloto de Ferrari, criticó públicamente a los ingenieros de Ducati por supuestamente desestimar las preocupaciones críticas sobre un problema de frenos que, según él, afectó su rendimiento en Imola. La acusación, que ha conmocionado a la comunidad del automovilismo, pone de manifiesto una inusual combinación de tensiones entre la Fórmula 1 y MotoGP, dado el destacado papel de Ducati en esta última. Las declaraciones de Hamilton llegan después de una carrera en la que logró su mejor resultado de la temporada, terminando cuarto desde un decepcionante 12.º puesto en la parrilla. Sin embargo, su frustración por un problema técnico sin resolver ha cobrado protagonismo.
El Gran Premio de Imola, celebrado en el emblemático Autódromo Internacional Enzo e Dino Ferrari, fue un momento crucial para Hamilton en su temporada de debut con Ferrari. A pesar de una pésima sesión de clasificación, en la que ni él ni su compañero de equipo, Charles Leclerc, lograron pasar a la Q3, la actuación de Hamilton el día de la carrera fue un testimonio de su habilidad y determinación. Partiendo desde la duodécima posición, superó una carrera difícil para asegurar el cuarto puesto, un resultado que llenó de alegría a los apasionados tifosi de Ferrari. Sin embargo, entre bastidores, Hamilton lidiaba con un problema técnico que, según él, se originó en una colaboración con los ingenieros de Ducati, conocidos por su experiencia en ingeniería de alto rendimiento, pero principalmente asociados con MotoGP.
Según Hamilton, el problema de los frenos surgió durante las sesiones de entrenamientos, donde notó un rendimiento inconsistente en zonas de frenada fuerte, especialmente en las exigentes curvas Tamburello y Villeneuve de Imola. Según se informa, comunicó sus preocupaciones a su equipo Ferrari, que estaba trabajando con consultores externos, incluido un grupo de Ducati, en la optimización de ciertos componentes del SF-25. Hamilton alega que sus peticiones de una investigación exhaustiva del sistema de frenos se encontraron con respuestas despectivas de los ingenieros de Ducati, quienes insistieron en que el problema estaba relacionado con el piloto o dentro de parámetros aceptables. “Les decía que algo no iba bien, pero simplemente le restaron importancia”, dijo Hamilton en una entrevista posterior a la carrera con medios italianos. “Cuando llevas un coche al límite, necesitas que todos escuchen, no solo que señalen con el dedo”.
Esta acusación es particularmente impactante dado el contexto de la temporada de Ferrari. El equipo ha tenido dificultades para mantener el ritmo de rivales como McLaren y Red Bull, con el SF-25 mostrando debilidades en la clasificación, como lo demuestran las posiciones 11 y 12 de Hamilton y Leclerc en la parrilla de salida en Imola. Sin embargo, la carrera en sí misma demostró el potencial de Ferrari, con Hamilton aprovechando una oportuna parada en boxes bajo un coche de seguridad virtual para escalar posiciones. Sin embargo, el problema de frenos, que según Hamilton le hizo perder tiempo valioso en adelantamientos clave, le impidió luchar por el podio. “Podríamos haber estado ahí arriba luchando por el tercer puesto, quizás incluso más arriba, si el coche hubiera estado a punto”, comentó con una frustración palpable.
La participación de los ingenieros de Ducati en el programa de Fórmula 1 de Ferrari puede sorprender a algunos, pero refleja la creciente tendencia de colaboración interdisciplinaria en el automovilismo. Ducati, con sede en Bolonia (Italia), cerca de la sede de Ferrari en Maranello, tiene una larga trayectoria en MotoGP, donde sus motos dominan con tecnología de vanguardia. Según informes, Ferrari aprovechó la experiencia de Ducati para perfeccionar componentes aerodinámicos y mecánicos, incluyendo aspectos del sistema de frenos, crucial para gestionar el intenso calor y el estrés de las carreras de F1. Sin embargo, los comentarios de Hamilton sugieren una falta de comunicación y confianza, lo que plantea dudas sobre la eficacia de dichas colaboraciones.
El mundo del automovilismo ha reaccionado con rapidez a las afirmaciones de Hamilton. Algunos aficionados y analistas especulan que su franqueza podría tensar la relación de Ferrari con Ducati, mientras que otros elogian su disposición a exigir responsabilidades a sus socios técnicos. “Lewis es un piloto que conoce su coche al dedillo”, declaró el expiloto de F1 y ahora comentarista Martin Brundle. “Si plantea un problema como este, no son solo palabrería, sino algo serio”. Mientras tanto, Ducati aún no ha emitido una respuesta oficial, pero fuentes internas sugieren que están revisando la situación internamente.
El director del equipo Ferrari, Frédéric Vasseur, restó importancia a la controversia, enfatizando la prioridad del equipo en las próximas carreras como Mónaco. “Estamos superando algunos desafíos, pero el resultado en Imola demuestra que vamos por buen camino”, declaró Vasseur. Sin embargo, para Hamilton, el problema está lejos de resolverse. Sus comentarios posteriores a la carrera insinuaron su deseo de impulsar cambios en las colaboraciones técnicas de Ferrari. “Tenemos que trabajar mejor juntos, todos”, afirmó, indicando su intención de abordar el problema de frente.
Con el circo de la F1 en Mónaco, todas las miradas estarán puestas en Hamilton y Ferrari para ver si pueden resolver estos problemas técnicos. Por ahora, la acusación de Hamilton ha añadido una nueva capa de intriga a una temporada ya de por sí dramática, demostrando una vez más que en la Fórmula 1, las batallas fuera de la pista pueden ser tan feroces como dentro de ella.