El mundo del fútbol se ha visto sacudido por un nuevo escándalo en el Real Madrid tras la humillante derrota por 4-0 ante el Paris Saint-Germain en las semifinales del Mundial de Clubes 2025, celebrado en el MetLife Stadium de Nueva Jersey. En el ojo del huracán se encuentra Sergio Ramos, la leyenda madridista que actualmente juega en el Club de Fútbol Monterrey, quien, según fuentes cercanas, habría contactado al entorno del club blanco para exigir la salida de un jugador no identificado, declarando que “no merece estar aquí”. La contundente afirmación de Ramos, conocida por su liderazgo y franqueza durante sus 16 años en el Real Madrid, ha desatado una ola de especulaciones y tensiones en el club, especialmente en un momento crítico para el equipo bajo la dirección de Xabi Alonso.
La derrota ante el PSG, liderado por un inspirado Luis Enrique, expuso las fragilidades defensivas y anímicas del Real Madrid. Los goles de Ousmane Dembélé, Fabián Ruiz (por partida doble) y Gonçalo Ramos llegaron tras errores garrafales de Raúl Asencio y Antonio Rüdiger, quienes fueron señalados por los aficionados y la prensa. El partido, que comenzó con un retraso de diez minutos debido a problemas logísticos, vio al Madrid desmoronarse en los primeros ocho minutos, recibiendo dos goles que marcaron el tono de una actuación desastrosa. Luka Modrić, en lo que podría ser uno de sus últimos partidos con el club, se quedó en el círculo central aplaudiendo a los aficionados, en un gesto de despedida que contrastó con la falta de reacción del equipo en el campo.
Ramos, quien dejó el Real Madrid en 2021 tras una salida controvertida y actualmente brilla en la Liga MX con Monterrey, no ha perdido su conexión emocional con el club blanco. Según informes, el ex capitán expresó su frustración tras el partido, apuntando a un jugador específico cuya identidad no ha sido revelada, pero que muchos especulan podría ser Asencio, Rüdiger o incluso Vinicius Jr., quien fue criticado por su falta de intensidad defensiva. La declaración de Ramos, “No merece estar aquí”, refleja su conocida exigencia y su intolerance hacia el bajo rendimiento, una característica que lo convirtió en una figura icónica durante su etapa en Madrid, donde levantó cinco títulos de La Liga y cuatro de la Champions League.
El contexto de la derrota agrava la situación. El Real Madrid, bajo la batuta de Xabi Alonso, había generado expectativas tras victorias iniciales en el Mundial de Clubes, incluyendo una remontada ante el Borussia Dortmund. Sin embargo, la goleada del PSG reveló problemas estructurales: una defensa descoordinada, una falta de cohesión en el mediocampo y la incapacidad de jugadores clave como Kylian Mbappé y Vinicius para revertir el marcador. Alonso, en su primera temporada como entrenador, admitió en rueda de prensa que “los dos goles tempraneros exigen mucho más” y prometió aprender de los errores, pero la presión sobre él crece, especialmente tras la salida de Carlo Ancelotti y la transición hacia una nueva era.
La intervención de Ramos, aunque no tiene autoridad directa en el club, ha reavivado el debate sobre el liderazgo y la mentalidad ganadora en el vestuario madridista. Los aficionados, divididos, ven en sus palabras un eco de la grandeza pasada, pero también un recordatorio de las dificultades actuales. Algunos especulan que Ramos podría estar insinuando un regreso simbólico al club, quizás en un rol técnico, dado que su contrato con Monterrey termina en diciembre de 2025. Sin embargo, su historial de confrontaciones con Florentino Pérez y su salida abrupta hacen que esta posibilidad sea remota.
Mientras tanto, el Real Madrid se enfrenta a la necesidad de reconstruirse tras esta humillación. La reincorporación de Dani Carvajal y Éder Militão tras lesiones ofrece algo de esperanza, pero el equipo debe abordar las carencias defensivas y la falta de actitud señalada por Ramos. La prensa española, incluyendo AS y El País, ha calificado la derrota como “un baño de sol a sol”, y el exjugador del Barcelona Marc Crosas ironizó en redes sociales sobre el declive madridista. Con la temporada 2025-26 en el horizonte, el Real Madrid debe decidir si las palabras de Ramos son un llamado a la acción o simplemente el eco de un pasado glorioso que ya no puede recuperar.