Lamine Yamal, el prodigio de solo 17 años que ha llevado al FC Barcelona a lo más alto esta temporada, está en el centro de una batalla que podría cambiar el rumbo del club.
Lo que parecía un trámite sencillo para renovar su contrato se ha convertido en una auténtica guerra entre su entorno y la directiva blaugrana.
El joven talento no está dispuesto a firmar a cualquier precio.
Según fuentes cercanas, Yamal exige condiciones de superestrella mundial, incluyendo un sueldo que haría historia en el Barça.
Estas demandas han puesto en jaque las negociaciones, que están completamente paralizadas.
El entorno de Lamine, liderado por el agente Jorge Méndez, ha dejado claro que quieren un contrato que refleje el valor y el impacto que el jugador ha tenido esta temporada.
Yamal quiere ser el jugador mejor pagado de la plantilla, superando a figuras como Lewandowski, Ter Stegen y Frenkie de Jong.
Esta petición sorprende aún más si se tiene en cuenta que el joven aún no ha disputado ni un solo partido internacional con la selección absoluta.
Sin embargo, su rendimiento bajo las órdenes de Xavi ha sido excepcional.
Durante la temporada, Yamal ha sido titular indiscutible, disputando más de 50 partidos, aportando goles, asistencias y mostrando una personalidad y madurez impropias para su edad.
Fue pieza clave en la conquista de La Liga, decisivo en la Copa del Rey y uno de los pocos que mantuvo la cabeza fría en momentos difíciles de la Champions League.
Su nombre ya resuena en el Camp Nou y fuera de él.
Las marcas lo buscan con insistencia, y los jóvenes aficionados han comenzado a pedir camisetas con su nombre en lugar de las de leyendas como Messi.
Este auge ha elevado su valor de mercado a cifras estratosféricas.
Informes internos tasan a Yamal en más de 150 millones de euros, una cifra que refleja no solo su talento, sino también la presión mediática y económica que ahora rodea su renovación.
Jorge Méndez ha calculado que, si Yamal es el jugador más valioso del equipo, debe ser también el mejor pagado.
Por ello, la oferta que exigen es un contrato galáctico: 30 millones de euros brutos por temporada, una prima de renovación de 50 millones repartida en cinco años, además de bonus por rendimiento, derechos de imagen y condiciones preferentes de marketing.
Esta propuesta representa una auténtica bomba salarial para el Barça, que se encuentra atrapado entre dos opciones complicadas.
Por un lado, no pueden permitirse perder a la joya más prometedora de su historia reciente.
Por otro, aceptar estas condiciones podría dinamitar la escala salarial y romper la armonía de un vestuario ya sensible.
Algunos pesos pesados del equipo han expresado su desconcierto ante la posibilidad de que un jugador tan joven gane más que ellos.
Incluso Xavi, aunque públicamente apoya a Yamal, sabe que mantener la paz interna será un desafío si se concreta este contrato.
Como si esto fuera poco, desde Inglaterra y Arabia Saudí ya han mostrado interés en el joven.
Clubes como Manchester City y PSG estarían dispuestos a ofrecer traspasos récord y contratos aún más lucrativos si la negociación con el Barça fracasa.
Estos clubes ven en Yamal una oportunidad única para hacerse con el futuro Balón de Oro antes de que sea demasiado tarde.
El PSG busca un nuevo rostro tras la salida de Mbappé y Messi, mientras que el City de Pep Guardiola ve en el joven un talento ideal para su estilo de juego.
La realidad es dura para el Barça: no puede competir económicamente con estos gigantes, y Yamal lo sabe.
Él quiere triunfar en el club que lo vio crecer, pero no a cualquier precio.
Quiere sentirse respetado, valorado y, sobre todo, pagado como una superestrella.
Si el club no acepta sus condiciones, no descartan que aguante hasta 2026 para marcharse gratis.
Actualmente, Yamal tiene un contrato juvenil hasta ese año, con una cláusula que lo protege, pero con un salario muy por debajo del mercado.
El nuevo contrato solo podrá firmarse cuando cumpla 18 años, el próximo 13 de julio.
Hasta entonces, el Barça está en manos de Méndez y de la paciencia del propio jugador.
Cada semana que pasa sin acuerdo, el precio de la renovación sube, las presiones mediáticas aumentan y la imagen del club como referente de cantera y gestión ejemplar se tambalea.
La junta directiva está dividida.
Algunos creen que deben ceder y firmar a cualquier precio para asegurar a Yamal, mientras que otros opinan que hay que marcar límites y demostrar que el club está por encima de cualquier jugador, sin importar la edad.
Esta negociación ha trascendido los despachos y se ha convertido en tema de conversación en los grupos de WhatsApp de la plantilla, en los pasillos del Camp Nou y hasta en el instituto donde estudia Yamal.
El contrato que se propone no solo lo colocaría entre los cinco jugadores mejor pagados del mundo, sino que podría abrir la puerta a una cadena de renovaciones multimillonarias que lo convertirían en el jugador que más dinero ha ganado en la historia del Barça, incluso más que Messi.
Messi, en sus años dorados, firmó un contrato que se filtró y dejó a todos en shock: 55 millones brutos en cuatro temporadas.
Ahora, Yamal podría superar esa cifra con creces.
Se estima que el contrato de 2025 a 2030 le reportaría unos 150 millones brutos entre sueldo fijo, variables, primas y derechos de imagen.
Si renueva en 2030 con un sueldo ajustado a los galácticos, podría ganar otros 225 millones más, sumando campañas publicitarias y bonus.
En total, la cifra podría acercarse o superar los 400 millones brutos antes de los 30 años, una auténtica locura para un jugador que aún vive con sus padres y que no ha disputado una Eurocopa ni un Mundial.
Aceptar estas condiciones supone un desafío económico y una amenaza al modelo de club.
¿Qué mensaje se enviaría a otros talentos de la cantera?
¿Cómo se mantendrá el equilibrio salarial y deportivo?
El Barça aún no se ha recuperado del desastre económico de la era Bartomeu y está al límite del fair play financiero.
Firmar este contrato podría hipotecar nuevamente el futuro del club.
Por eso, algunos sectores ya advierten que esto se está yendo de las manos y que intentar repetir la historia de Messi con un jugador tan joven es una barbaridad.
Pero otros creen que deben atar a Yamal a cualquier precio, porque si no lo hacen, otro gigante europeo lo hará.
Mientras tanto, Lamine Yamal sigue brillando en el campo, consciente del poder que tiene en sus manos.
Esta historia acaba de empezar y promete marcar una época en el fútbol moderno.
¿Debería el Barça ceder y convertirlo en el jugador mejor pagado de su historia?
¿O debería mantener límites, aunque eso signifique perder a su mayor talento?
El futuro del club y de su joven estrella está en juego, y el verano que viene será decisivo para esta batalla que ya tiene al mundo del fútbol en vilo.