La polémica arbitral ha vuelto a encender los ánimos en el fútbol español, y esta vez el foco está puesto en las decisiones de Alejandro Hernández Hernández, un árbitro que parece estar en el centro de la controversia tras dos incidentes que han generado un intenso debate entre los aficionados del FC Barcelona y el Real Madrid. En los últimos días, las decisiones de este colegiado han levantado sospechas sobre su imparcialidad, especialmente tras dos jugadas clave que involucran manos en el área y que han tenido resoluciones opuestas, dependiendo del equipo implicado.
En el partido del FC Barcelona contra el Levante, una jugada marcó el desarrollo del encuentro. Alejandro Balde, el joven lateral azulgrana, fue sancionado por una supuesta mano dentro del área. Las imágenes muestran que Balde tenía el brazo pegado al cuerpo, en una posición natural que, según las reglas actuales del fútbol, no debería ser considerada como infracción. Sin embargo, Hernández Hernández no dudó en señalar el punto de penalti, una decisión que permitió al Levante tomar ventaja en el marcador y que dejó al entorno culé indignado. Los aficionados y analistas del Barça señalaron que la interpretación del árbitro fue extremadamente rigurosa, especialmente considerando que la mano de Balde no alteró significativamente el curso del balón ni representó una acción deliberada.
Por contraste, en el reciente Clásico entre el Real Madrid y el FC Barcelona, una jugada similar protagonizada por Aurélien Tchouaméni desató aún más controversia. En esta ocasión, el mediocampista francés del Real Madrid levantó el brazo de manera clara y abierta, interceptando el balón en una acción que, según las normativas de la IFAB, debería haber sido sancionada como penalti. Sorprendentemente, Hernández Hernández, quien estaba a cargo del encuentro, decidió no señalar la infracción, a pesar de que las imágenes de la repetición dejaron poco espacio para la duda. La mano de Tchouaméni, a diferencia de la de Balde, fue evidente, con el brazo extendido y ocupando un espacio antinatural que afectó el desarrollo de la jugada. Esta decisión, o más bien la falta de ella, permitió al Real Madrid evitar una sanción que podría haber cambiado el rumbo del partido.
Las redes sociales no tardaron en explotar con reacciones de los aficionados, especialmente los del FC Barcelona, quienes acusaron al árbitro de aplicar un doble rasero. La percepción generalizada entre los culés es que existe una tendencia clara a favorecer al Real Madrid en situaciones polémicas, mientras que el Barça suele salir perjudicado. Frases como “los merengues juegan con un reglamento diferente” se han convertido en un grito de guerra en las plataformas digitales, donde los hinchas blaugranas denuncian lo que consideran una injusticia sistemática. Este sentimiento no es nuevo, pero las decisiones recientes de Hernández Hernández han avivado las llamas de una rivalidad que trasciende lo deportivo y se adentra en el terreno de las acusaciones de parcialidad arbitral.
El caso de Hernández Hernández no es aislado. La historia reciente del fútbol español está plagada de episodios que han alimentado las teorías de los aficionados sobre un supuesto favoritismo hacia el Real Madrid. En el caso del Clásico, la no sanción de la mano de Tchouaméni se suma a una lista de decisiones controvertidas que han beneficiado al equipo blanco en momentos clave. Los culés recuerdan con amargura otros encuentros en los que jugadas similares han sido pasadas por alto, mientras que el Barça ha enfrentado sanciones por acciones mucho menos claras. Esta disparidad ha llevado a muchos a cuestionar la integridad del arbitraje en LaLiga y a exigir una revisión más exhaustiva de las decisiones arbitrales, especialmente en partidos de alta trascendencia como el Clásico.
La indignación no se limita a los aficionados. En las ruedas de prensa posteriores a los partidos, tanto jugadores como entrenadores del FC Barcelona han expresado su frustración con el arbitraje. Sin mencionar nombres directamente, las declaraciones de Xavi Hernández, técnico del Barça, han apuntado a una falta de consistencia en las decisiones arbitrales, lo que, según él, perjudica el espectáculo y la justicia en el fútbol. Por su parte, el entorno madridista ha optado por minimizar la controversia, argumentando que las decisiones arbitrales son parte del juego y que no siempre favorecen a un solo equipo. Sin embargo, esta postura no ha hecho más que aumentar la percepción de que el Real Madrid recibe un trato preferencial.
La controversia en torno a Hernández Hernández ha llegado a un punto crítico. Según fuentes cercanas a la Federación Española de Fútbol, el árbitro ha sido oficialmente citado para una investigación debido a estas decisiones inconsistentes. Nuevas pruebas, incluyendo análisis detallados de las jugadas y testimonios de expertos en arbitraje, han sido presentadas en su contra, lo que podría derivar en sanciones o en una revisión más profunda de su desempeño. Aunque la investigación está en una fase inicial, el hecho de que se haya abierto un expediente formal ya es un indicio de la gravedad de las acusaciones.
El impacto de estas decisiones va más allá de los resultados de los partidos. La percepción de injusticia arbitral afecta la credibilidad de LaLiga como competición y alimenta una narrativa de desconfianza que puede tener consecuencias a largo plazo. Los aficionados del FC Barcelona, en particular, sienten que su equipo está luchando no solo contra sus rivales en el campo, sino también contra un sistema arbitral que parece inclinado a favor del Real Madrid. Esta narrativa, aunque alimentada por la pasión de los hinchas, encuentra eco en las estadísticas: en los últimos años, el Real Madrid ha recibido menos penales en contra en situaciones similares, mientras que el Barça ha sido sancionado con mayor frecuencia.
En conclusión, las decisiones de Hernández Hernández en los casos de Balde y Tchouaméni han reavivado un debate que parece no tener fin. La disparidad en el criterio arbitral, sumada a la percepción de favoritismo hacia el Real Madrid, ha generado una tormenta de críticas que trasciende los terrenos de juego. Mientras la investigación contra el árbitro avanza, los aficionados del FC Barcelona continúan exigiendo justicia y transparencia en el arbitraje, con la esperanza de que el fútbol español pueda recuperar la confianza en su sistema de jueces. Por ahora, la polémica sigue viva, y el eco de las acusaciones resuena en cada rincón del fútbol español.