La Fórmula 1 es un mundo donde la presión puede romper incluso a los más talentosos, y Yuki Tsunoda está sintiendo el peso de estar en la sombra de Max Verstappen. Tras un fin de semana complicado en el Gran Premio de Austria 2025, Helmut Marko, asesor principal de Red Bull, no ha escatimado en críticas hacia el piloto japonés, lanzando una advertencia que pone en duda su futuro en el equipo. Con palabras que resuenan como un trueno en el paddock, Marko ha señalado que el rendimiento de Tsunoda está lejos de lo esperado, y el temido “efecto Verstappen” podría ser la clave de sus problemas.
El Gran Premio de Austria fue un punto de inflexión para Tsunoda. Su actuación en la clasificación, donde quedó en el puesto 18, dejó mucho que desear. Pero no fue solo su posición en la parrilla lo que alarmó al equipo; fue la falta de velocidad y confianza que mostró en un circuito donde Red Bull esperaba brillar. Marko, conocido por su franqueza, no dudó en señalar el problema: la incapacidad de Tsunoda para mantener el ritmo cuando la presión aumenta. Según el asesor, el japonés mostró destellos de velocidad en las prácticas libres, pero cuando llegó el momento crucial, simplemente no pudo responder. Este contraste ha levantado preguntas sobre su capacidad para manejar la exigencia de pilotar junto a un tetracampeón como Verstappen.
El término “efecto Verstappen” ha cobrado fuerza en las palabras de Marko. Este fenómeno describe cómo los compañeros de equipo de Verstappen tienden a desmoronarse bajo la presión de competir al lado de un piloto tan dominante. La historia reciente lo respalda: nombres como Pierre Gasly, Alex Albon y Sergio Pérez han luchado por mantenerse a la altura del neerlandés. Tsunoda, quien asumió el segundo asiento de Red Bull tras el bajo rendimiento de Liam Lawson al inicio de la temporada, parece estar cayendo en la misma trampa. Marko explicó que el RB21, el monoplaza de Red Bull, tiene una ventana de operación muy estrecha, lo que lo hace especialmente difícil de dominar. Mientras Verstappen logra adaptarse a estas condiciones, Tsunoda sufre para encontrar el equilibrio, perdiendo agarre y confianza con cada vuelta.
La situación no es solo un problema técnico. Christian Horner, director del equipo, ha perdido la paciencia, y su declaración de nueve palabras ha sacudido el mundo de la Fórmula 1: “No podemos seguir con este nivel de rendimiento”. Estas palabras, pronunciadas tras el desastre en Austria, donde Red Bull no sumó puntos, son un golpe directo a Tsunoda. A pesar de haber mostrado potencial al principio de su aventura con Red Bull, con un noveno puesto en Baréin y puntos en Miami, el japonés no ha logrado consolidarse. Sus últimas cinco clasificaciones han sido decepcionantes, sin alcanzar la Q3, y en Austria terminó en el puesto 16 tras una colisión con Franco Colapinto que le valió una penalización de diez segundos.
A pesar de las críticas, Marko no está listo para rendirse con Tsunoda. El asesor insiste en que el japonés tiene velocidad, como lo demuestra su cercanía a los tiempos de Verstappen en las prácticas libres, pero necesita estabilidad emocional y técnica para traducir esa velocidad en resultados. Red Bull está trabajando en ajustes al RB21, como una nueva ala de borde de suelo introducida en Austria, pero los problemas persisten, especialmente en condiciones de alta temperatura y con neumáticos blandos. Mientras tanto, la presión crece, y nombres como Isack Hadjar, de Racing Bulls, ya se mencionan como posibles reemplazos para 2026.
El futuro de Tsunoda en Red Bull pende de un hilo. La pregunta que flota en el aire es si podrá superar el “efecto Verstappen” y demostrar que merece su lugar en uno de los equipos más exigentes de la Fórmula 1. Con solo tres carreras antes del receso de verano, cada vuelta cuenta para el japonés. La mirada de Marko y Horner está fija en él, y el mundo del automovilismo espera ver si Tsunoda puede transformar la presión en oportunidad o si será el próximo en sucumbir ante el fenómeno Verstappen.