El Departamento de Justicia, bajo el liderazgo de Pam Bondi, ha lanzado una audaz ofensiva legal contra la gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, y la Fiscal General Letitia James, enviando ondas de choque a través del panorama político. La demanda, presentada a principios de 2025, acusa a los dos líderes democráticos de obstruir los esfuerzos federales de aplicación de la inmigración, específicamente al limitar la cooperación estatal con la aplicación de inmigración y aduana (ICE). Este caso de alto perfil marca una escalada significativa en el choque en curso entre la autoridad federal y la autonomía estatal, con implicaciones de largo alcance para la política de inmigración y la guerra partidista.

La queja del Departamento de Justicia se centra en las políticas estatales santuario de Nueva York, que Bondi afirma violar la ley federal al proteger a los inmigrantes indocumentados de la deportación. Hochul y James han defendido medidas como la Ley de Luz Verde 2019, permitiendo a las personas indocumentadas obtener licencias de conducir y directivas que evitan que las agencias estatales honren a las detenidas de hielo sin órdenes judiciales. La demanda argumenta que estas acciones socavan la seguridad nacional y la seguridad pública, citando casos en los que las personas liberadas luego cometieron crímenes. Bondi, un aliado firme del presidente Trump, ha enmarcado el caso como una posición necesaria para restaurar la ley y el orden, acusando a Hochul y James de priorizar la política sobre las obligaciones federales.
Hochul y James han disparado, denunciando la demanda como un ataque de motivación política. Argumentan que las políticas de Nueva York protegen a las comunidades inmigrantes y reflejan el derecho del estado a asignar recursos como lo considera conveniente. James, en una conferencia de prensa ardiente, calificó el movimiento del Departamento de Justicia “un intento descarado de intimidar a los estados azules”, prometiendo luchar contra el caso enérgicamente. Los expertos legales señalan que la décima enmienda refuerza la posición de Nueva York, ya que los estados no pueden verse obligados a hacer cumplir los mandatos federales. Las decisiones judiciales anteriores, incluida una decisión de 2020 que defiende las leyes santuario de California, sugieren que el Departamento de Justicia enfrenta una batalla cuesta arriba.
La demanda ha encendido un debate feroz. Los partidarios, amplificados en plataformas como X, elogian a Bondi por desafiar lo que ven como líderes estatales desafiantes que permiten la inmigración ilegal. Los críticos, sin embargo, ven el caso como un extralimitación, acusando al Departamento de Justicia de apuntar a demócratas prominentes para anotar puntos políticos antes de los trabajos intermedios de 2026. La opinión pública se divide: una encuesta de 2025 mostró que el 48% de los neoyorquinos apoyan las políticas santuario, mientras que el 45% favorece la aplicación federal más fuerte. El caso también corre el riesgo de inflamar las tensiones entre los estados rojos y azules, con gobernadores de Texas y Florida que respaldan los esfuerzos de Bondi.
A medida que se desarrolla la batalla legal, su resultado podría remodelar el equilibrio de poder entre los gobiernos estatales y federales. Una victoria para el Departamento de Justicia podría completar más represiones federales sobre las jurisdicciones del santuario, mientras que una victoria para Hochul y James podría solidificar los derechos de los estados para resistir la aplicación de la inmigración. Por ahora, la demanda subraya las profundas divisiones en la política estadounidense, con Bondi, Hochul y James en el centro de una pelea polémica sobre el futuro de la nación.