Durante décadas, el Triángulo de Bermudas, el área misteriosa en el Océano Atlántico, que limita con Miami, Bermudas y Puerto Rico, ha inspirado la imaginación y desencadena debates acalorados. El área del mar, que también incluye entre 500,000 y 1.5 millones de kilómetros cuadrados, también es conocido por la misteriosa desaparición de barcos y aviones, dependiendo de la fuente. Si bien los informes anteriores a menudo fueron moldeados por los mitos y estos fenómenos de extraterrestres, líneas marinas o puertas a otras dimensiones se atribuyeron, el progreso tecnológico reciente ahora permite la investigación en el fondo del mar con precisión sin precedentes. Se realizan descubrimientos que revolucionan nuestra comprensión de esta región y desencadenan preocupación con las autoridades marítimas.
La historia del Triángulo de las Bermudas recibió una nueva dimensión cuando el escuadrón, un grupo de cinco torpederos de la Marina de los EE. UU., Desapareció en diciembre de 1945. El avión comenzó desde Fort Lauderdale, Florida, a un vuelo de entrenamiento de rutina y desapareció sin un rastro con el avión de agua emitido para buscar. Esta tragedia muy conocida marcó el comienzo de una obstinada leyenda. Desde entonces, se ha informado que cientos de barcos y aviones han desaparecido en esta área, lo que alimentó las teorías salvajes. Pero hoy los científicos de hoy, equipados con la última tecnología, como hazos múltiples y barcos de buceo autónomos, comienzan a resolver estos rompecabezas.
Uno de los descubrimientos más sorprendentes se refiere a la topografía submarina del Triángulo. Las últimas exploraciones han demostrado que esta región está ubicada en una Unterwasserberg de casi 4.000 metros de altura, el remanente de una isla volcánica de 30 millones de años. Esta estructura, rodeada de arrecifes y profundidades de coral con filo afilado, hasta 8,000 metros de trincheras de profundidad, crea un ambiente marino particularmente hostil. Los arrecifes creados por la acumulación de piedra caliza, algas y mejillones pueden alcanzar una altura de hasta 12 metros y harinas de barcos lacrimógenos en cuestión de segundos, especialmente en viento bajo si los marinos son difíciles de ver estos obstáculos bajo el agua. Esta topografía resistente en relación con abisses insondables hace que la recuperación de los restos de los restos sea casi imposible y explica por qué nunca se han encontrado tantos barcos y aviones faltantes.
Otro fenómeno natural que señalaron los investigadores son las vértebras Sibe, que el biólogo marino Tom Iliffe describe como un “túnel” submarino. Estas vértebras, que a menudo se observan en entornos de piedra caliza, como las del triángulo, pueden devorar objetos masivos, incluidos los barcos grandes. Junto con el poder de la corriente del Golfo, un flujo marino cálido y turbulento, estas vértebras aumentan los riesgos para la gente de mar. Además, la región es un centro meteorológico donde los huracanes, las tormentas ecuatoriales y los microbrores se encuentran con más de 270 km/h. Estas condiciones extremas crean ondas monstruosas, verdaderas “paredes de agua”, que pueden tener hasta 30 metros de altura e incluso pueden hacer que los barcos más robustos se volcen, como enfatiza el oceanógrafo Simon Boxall de la Universidad de Southampton.
Una hipótesis fascinante de los investigadores rusos y noruegos afecta las emisiones de metano bajo el agua. Estas burbujas de gas, que están encerradas en depósitos en el mar, se pueden escapar de repente y formar burbujas que reducen el impermeable. Un barco que pasa de tal área perdería su flotabilidad y disminuiría instantáneamente. Este fenómeno que se ha observado en otras regiones, como el Karasee, también podría afectar los aviones, ya que causa turbulencia atmosférica debido a la ceremonia de metano en el aire. Aunque esta teoría es atractiva, algunos científicos, como Gilles Reverdin, los consideran menos probables debido a la profundidad del fondo del mar y la baja proporción de sustancia orgánica.
Estos fascinantes descubrimientos han provocado una gran preocupación con las autoridades marítimas. En particular, la Armada teme que estas condiciones extremas en relación con la actividad humana intensiva en esta área ocupada aumentarán el riesgo de accidentes. Los arrecifes afilados, los remolinos y las ondas monstruosas representan peligros impredecibles incluso para los barcos modernos con lo último.
A pesar de estas explicaciones racionales, el triángulo de las Bermudas permanece rodeado por un aura de los misteriosos. El progreso tecnológico ha contribuido a desmitificar muchos incidentes, pero la imaginación colectiva sigue vinculada por esta región. Los descubrimientos más recientes no terminan el debate, pero nos recuerdan que el océano continúa superando nuestra comprensión con sus secretos insondables y desencadena tanto el miedo como la fascinación.