El mundo de la Fórmula 1 se vio sacudido por una sorprendente revelación tras el Gran Premio de Emilia-Romaña en Imola, donde el impulso aparentemente imparable de McLaren se topó con un muro inesperado. El equipo, que había dominado las carreras anteriores de la temporada 2025 con el triplete de victorias de Oscar Piastri, sufrió una notable caída en su rendimiento, lo que desató la especulación y el escrutinio. Los rumores de controversia en torno al monoplaza de McLaren se han convertido en un escándalo en toda regla, con fuentes que sugieren que la FIA ha descubierto pruebas de componentes ilegales en el MCL39 de McLaren, lo que ha conmocionado al paddock y ha obligado al director del equipo, Zak Brown, a responder a toda prisa.
McLaren llegó al fin de semana de Imola como el equipo a batir, tras haber mostrado un ritmo superior en Baréin, Yeda y Miami. Su capacidad para gestionar el desgaste de los neumáticos, especialmente en condiciones de calor, había sido un factor clave en su dominio, con Piastri y su compañero de equipo Lando Norris superando constantemente a sus rivales. Sin embargo, en Imola, la suerte del equipo cambió drásticamente. Max Verstappen, piloto de Red Bull, aprovechó una audaz maniobra en la chicana de Tamburello para arrebatarle el liderato a Piastri en la primera vuelta, asegurando así la victoria. Los coches de McLaren, a pesar de terminar segundo y tercero, tuvieron dificultades para igualar el ritmo de Red Bull, lo que causó sorpresa en la parrilla. Christian Horner, director del equipo Red Bull, se apresuró a comentar, señalando que estaba “más sorprendido por la falta de rendimiento de McLaren” que por el éxito de su propio equipo.
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El repentino cambio de ritmo provocó especulaciones inmediatas. Surgieron informes de que la FIA había emitido dos Directivas Técnicas (DT) antes del Gran Premio de Imola, destinadas a aclarar la normativa sobre los sistemas de refrigeración de los neumáticos y los componentes aerodinámicos. Durante semanas, Red Bull había expresado su preocupación por la gestión de neumáticos de McLaren, alegando que el equipo utilizaba métodos no autorizados para influir en la temperatura de los neumáticos, prolongando así su vida útil. Según se informa, las directivas de la FIA endurecieron las normas sobre estos sistemas, y aunque ningún comunicado oficial confirmó a McLaren como el objetivo, el momento de su caída de rendimiento alimentó las sospechas. Fuentes del paddock sugieren que la FIA realizó inspecciones posteriores a la carrera en Imola, descubriendo irregularidades en el monoplaza de McLaren que infringían la normativa técnica.
La naturaleza exacta de la presunta ilegalidad permanece en secreto, pero fuentes internas apuntan a posibles problemas con los mecanismos de refrigeración de los neumáticos o los elementos aerodinámicos de McLaren, posiblemente relacionados con su muy discutido alerón trasero. A principios de la temporada, McLaren se enfrentó a acusaciones de explotar alerones flexibles e incluso rumores de un sistema “mini-DRS”, ambos desestimados por el director del equipo, Andrea Stella, como distracciones de sus rivales. Sin embargo, los últimos hallazgos parecen más graves, ya que algunos sugieren que el coche de McLaren podría haber estado operando en una zona gris del reglamento, lo que les dio ventaja en carreras anteriores. Según informes, la intervención de la FIA ha obligado a McLaren a modificar su coche, lo que podría explicar sus dificultades en Imola.
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Zak Brown, el extrovertido director ejecutivo de McLaren, se ha mostrado inusualmente reservado tras estos acontecimientos. Conocido por sus atrevidas pullas a sus rivales, incluyendo su teatral exhibición de una botella de “agua para neumáticos” en Miami para burlarse de las protestas previas de Red Bull, Brown ahora enfrenta una intensa presión. El doble podio del equipo en Imola, aunque respetable, enmascaró problemas subyacentes, con Piastri entrando en boxes pronto y Norris sin poder competir con Verstappen. El excampeón de F1, Jacques Villeneuve, criticó el enfoque conservador de McLaren, sugiriendo que carecían de la agresividad necesaria para aprovechar el potencial de su monoplaza. Brown, sin embargo, elogió a sus pilotos y equipo, declarando: “Excelente trabajo de Lando, Oscar y el equipo, tanto en la pista como en casa”, mientras rápidamente centraba su atención en el próximo Gran Premio de Mónaco.
Las consecuencias de las conclusiones de la FIA podrían tener consecuencias de gran alcance. El liderato de McLaren en el Campeonato de Constructores se mantiene intacto, pero el resurgimiento de Red Bull, impulsado por las mejoras de su RB21, amenaza con acortar la distancia. Se espera que la FIA publique un informe oficial en los próximos días, que podría resultar en sanciones que van desde multas hasta deducciones de puntos o incluso descalificaciones retroactivas. Tal resultado sería un golpe devastador para las aspiraciones de McLaren al campeonato y para la reputación de Brown como artífice de su resurgimiento.
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Con la llegada de la F1 a Mónaco, todas las miradas están puestas en McLaren. ¿Recuperarán su nivel o la represión de la FIA ha revelado una debilidad crítica? La capacidad del equipo para adaptarse bajo escrutinio definirá su temporada. Por ahora, el paddock bulle de especulaciones, y Zak Brown se enfrenta a la prueba más dura de su carrera. El otrora dominante McLaren está bajo fuego, y el camino por delante no parece nada fácil.