El mundo de la Fórmula 1 está en ebullición tras el inesperado anuncio de Victoria Verstappen, hermana del tetracampeón mundial Max Verstappen, que ha dejado a todos boquiabiertos. Según fuentes cercanas, Victoria reveló en una entrevista exclusiva que planea lanzar una campaña pública para abordar las recientes controversias de la FIA, incluyendo las estrictas regulaciones sobre declaraciones políticas y el uso de lenguaje por parte de los pilotos. Su anuncio llega en un momento de alta tensión, justo después de que Max Verstappen recibiera una penalización de 5 segundos en el Gran Premio de Arabia Saudita, un castigo que muchos han considerado injusto y que ha reavivado las críticas hacia el presidente de la FIA, Mohammed Ben Sulayem.

Victoria, conocida por su cercanía con Max y su padre Jos Verstappen, afirmó que su campaña busca “dar voz a los pilotos y sus familias, quienes están siendo silenciados por reglas absurdas”. Hizo referencia directa a las multas y tareas impuestas a pilotos como Max y Charles Leclerc por usar lenguaje considerado inapropiado, así como al polémico intento de la FIA de prohibir las comunicaciones por radio debido al uso de palabras malsonantes. “No pueden tratar a los pilotos como robots y esperar que no tengan emociones”, declaró Victoria, quien también criticó duramente a Ben Sulayem por su comentario despectivo de que los pilotos de F1 “no son raperos”.
La respuesta de la FIA no se hizo esperar. En un movimiento que ha generado indignación, Ben Sulayem amenazó con prohibirle a Victoria asistir a las carreras de Max, alegando que sus declaraciones violan las normas de la FIA sobre neutralidad y podrían “incitar a la discordia en el paddock”. Esta amenaza ha sido vista como un ataque directo a la familia Verstappen, especialmente después de que Jos Verstappen ya hubiera expresado su frustración con las decisiones de la FIA en el pasado, llegando a decir que Max no participaría en eventos de la FIA si seguían con estas políticas.
La controversia ha dividido a los aficionados. En plataformas como X, algunos apoyan a Victoria, argumentando que la FIA está excediendo sus límites al intentar controlar no solo a los pilotos, sino también a sus familias. Otros creen que su campaña podría empeorar la relación ya tensa entre Max y la FIA, especialmente en un momento en el que Red Bull enfrenta desafíos técnicos de cara a las regulaciones de 2026. Mientras tanto, el rendimiento de Max en pista sigue siendo un tema candente: aunque logró un impresionante segundo lugar en Jeddah a pesar de la penalización, su dominio ha sido cuestionado esta temporada, con Ferrari y Mercedes mostrando un ritmo competitivo.
El paddock está ahora a la espera de la próxima carrera para ver si Victoria asistirá y cómo responderá Max a esta nueva polémica. ¿Es este el inicio de una guerra abierta entre los Verstappen y la FIA, o logrará Ben Sulayem imponer su autoridad? Una cosa es segura: “El Dogefather” y su familia no se quedarán callados.