El Gran Premio de Mónaco de 2025, octava prueba de la temporada de Fórmula 1, pasará a la historia no sólo por el espectáculo en la pista, sino también por la agitación que provocó en la Scuderia Ferrari. El equipo italiano, ya bajo presión tras un comienzo de temporada mediocre, se ha visto sacudido por un nuevo episodio de tensión que involucra a Lewis Hamilton, su piloto estrella recién llegado procedente de Mercedes. El incidente, que ocurrió durante la clasificación y se intensificó durante la carrera, puso de relieve fallas en la comunicación y la estrategia del equipo, alimentando las especulaciones sobre una crisis interna. Mientras los fanáticos esperaban un resurgimiento con la llegada del siete veces campeón del mundo, los eventos en Mónaco plantean preguntas sobre la capacidad de Ferrari para gestionar sus ambiciones para 2025.
Todo empezó durante la clasificación, un momento clave en Mónaco donde el más mínimo error puede salir caro. Hamilton, que se mostró cómodo en el SF-25 durante los entrenamientos libres, recibió una penalización de tres puestos en la parrilla por obstaculizar a Max Verstappen en Massenet en la Q1. Este incidente, provocado por una información errónea de su ingeniero de carrera, Riccardo Adami, puso inmediatamente al británico en una posición difícil, relegándolo del cuarto al séptimo lugar. Las imágenes del incidente, difundidas por los medios, muestran a un Verstappen furioso, obligado a reducir la velocidad en una vuelta rápida. Los comisarios de la FIA no dudaron en aplicar la sanción, subrayando que el error de Adami, que había informado a Hamilton de que Verstappen iba en una vuelta lenta, no constituía una circunstancia atenuante. Este episodio no sólo le costó a Hamilton la oportunidad de conseguir la pole position, sino que también reveló problemas de coordinación dentro del equipo.
La carrera en sí no hizo más que aumentar las tensiones. A pesar de ascender al quinto lugar, Hamilton describió su Gran Premio como “miserable” y dijo que se sentía “en ninguna parte” en la pista. En una conversación radial captada por los medios, el piloto expresó su frustración: “¿Estás enojado conmigo o qué?”. “, dijo tras un silencio del equipo. El momento, ampliamente comentado en redes sociales, puso de relieve la tensa relación entre Hamilton y Adami. El británico, acostumbrado a una comunicación fluida con su exingeniero Peter Bonnington en Mercedes, parece estar teniendo dificultades para adaptarse a Adami, quien, sin embargo, ya había acompañado brillantemente a Carlos Sainz y Sebastian Vettel en el pasado. Esta fricción, ya perceptible en el Gran Premio de Melbourne al inicio de la temporada, parece agravarse a medida que los resultados no se materializan.
El director del equipo, Frédéric Vasseur, intentó calmar los ánimos explicando que el silencio radial estaba relacionado con la posición de Hamilton en la pista, más que con cualquier insatisfacción dentro del equipo. Sin embargo, sus declaraciones no fueron suficientes para disipar las dudas. Ferrari, que terminó segundo en el campeonato de constructores de 2024, está teniendo dificultades para competir con McLaren y Red Bull esta temporada. Charles Leclerc, el otro piloto del equipo, también expresó su pesimismo de cara a Mónaco, destacando las debilidades del coche en las curvas lentas. A pesar de un gran segundo puesto en Mónaco, el piloto monegasco no ocultó su decepción por no poder luchar por la victoria ante Lando Norris, ganador para McLaren.
Los problemas de Ferrari no se limitan a la comunicación. El SF-25, aunque capaz en curvas rápidas, adolece de falta de competitividad en circuitos sinuosos como Mónaco. Loïc Serra, nuevo director técnico de Mercedes, ha sido criticado por no haber dejado plenamente su huella en el coche, que ya estaba en gran parte diseñado antes de su llegada. Vasseur admitió que se habían cometido errores en el desarrollo del coche, pero insistió en que el equipo estaba motivado para cambiar las cosas. Sin embargo, el fracaso en la contratación del jefe de aerodinámica de McLaren, Giuseppe Pesce, es un golpe para Ferrari, que esperaba reforzar su departamento técnico.
Hamilton, a su vez, continúa adaptándose. Con un déficit de 63 puntos respecto al líder del campeonato, Oscar Piastri, sus esperanzas de título se están desvaneciendo. Su rendimiento en Mónaco, aunque decente, se ve eclipsado por el de Leclerc, que está muy por delante de él en la clasificación (5-1 en carreras, 7-1 en clasificación). Los aficionados, ansiosos por ver brillar a su nuevo recluta, comienzan a preguntarse: ¿podrá Hamilton adaptarse a la cultura Ferrari o las tensiones con Adami y las limitaciones del SF-25 seguirán lastrando su ritmo?
A medida que la temporada 2025 se acerca a su punto de inflexión, Ferrari se encuentra en una encrucijada. Las próximas carreras, especialmente en Barcelona, donde el coche probablemente será menos competitivo, serán cruciales para evaluar la capacidad del equipo para superar esta crisis. Para Hamilton, se trata de demostrar que no sólo puede dominar el SF-25, sino también establecer una dinámica positiva con su ingeniero y su equipo. Una cosa es segura: en Maranello, la presión está alta y todas las miradas están puestas en el resto de esta emocionante temporada.