ÚLTIMA HORA: Karoline Leavitt bloquea oficialmente la aparición de contenido de Disney Pride en las plataformas de redes sociales en los EE. UU. y declara que “WOKE” no es para niños, lo que provoca una ola de reacciones negativas en Internet.
ÚLTIMA HORA: Karoline Leavitt bloquea oficialmente la aparición de contenido de Disney Pride en las plataformas de redes sociales en los EE. UU. y declara que “WOKE” no es para niños, lo que provoca una ola de reacciones negativas en Internet
En un movimiento que ha generado una tormenta de controversia en línea, Karoline Leavitt, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, anunció hoy una decisión sin precedentes: la prohibición oficial del contenido de Disney Pride en las principales plataformas de redes sociales en los Estados Unidos. La medida, que busca limitar la visibilidad de las producciones y mensajes relacionados con la comunidad LGBTQ+ promovidos por Disney, ha sido justificada por Leavitt con una declaración contundente: “‘Woke’ no es para niños”. Esta afirmación, que ha resonado en los titulares de medios nacionales e internacionales, ha desatado una avalancha de reacciones negativas, especialmente en plataformas como X, Instagram y Threads, donde usuarios han expresado su indignación y preocupación por las implicaciones de esta censura.
La decisión de Leavitt se enmarca en un contexto de creciente polarización en los Estados Unidos respecto a los derechos de las comunidades marginadas y la representación en los medios de comunicación. Disney Pride, una colección especial de Disney que destaca historias, personajes y producciones centradas en la comunidad LGBTQ+, ha sido un símbolo de inclusión para muchos. Desde su lanzamiento, esta iniciativa ha buscado promover narrativas diversas a través de películas, series y cortometrajes, como el documental Pride From Above de National Geographic, transmitido en Disney+ y Hulu. Sin embargo, la administración actual, bajo el liderazgo de Donald Trump, ha intensificado su retórica contra lo que denomina “cultura woke”, término utilizado para describir esfuerzos por abordar desigualdades sociales, raciales y de género.
Según fuentes cercanas a la Casa Blanca, la prohibición del contenido de Disney Pride en redes sociales responde a una directiva que busca “proteger a los niños” de mensajes que, según Leavitt, podrían ser inapropiados para audiencias jóvenes. La medida incluye la “despriorización” de publicaciones que utilicen hashtags como #Pride2025 o #LoveIsLove, así como la marcación de anuncios relacionados con la comunidad LGBTQ+ para audiencias con restricciones de edad, lo que reduce significativamente su alcance. Esta acción ha sido interpretada por muchos como un intento de limitar la visibilidad de mensajes inclusivos en un momento en que la representación diversa es un tema candente en la esfera pública.
La reacción en las redes sociales no se ha hecho esperar. Usuarios de diversas plataformas han calificado la decisión como un retroceso en los avances logrados en materia de derechos civiles y representación. Activistas y organizaciones defensoras de los derechos LGBTQ+ han denunciado que esta medida no solo restringe la libertad de expresión, sino que también envía un mensaje perjudicial a las comunidades marginadas. “Disney Pride no es solo entretenimiento, es una afirmación de que todos merecen ser vistos y escuchados”, escribió un usuario en X, cuya publicación acumuló miles de interacciones en pocas horas. Otros han señalado la ironía de que una administración que promueve la libertad de expresión en ciertos contextos ahora busque censurar contenido específico en las redes sociales.
Por su parte, Disney no ha emitido un comunicado oficial al cierre de esta edición, pero fuentes internas sugieren que la compañía está evaluando sus opciones legales y estratégicas. La relación entre Disney y la actual administración ha sido tensa en los últimos años, especialmente tras las críticas de figuras públicas como Elon Musk, quien en el pasado acusó a Disney de promover una “agenda woke”. Aunque no hay evidencia de que Musk esté directamente involucrado en esta decisión, su influencia en el discurso conservador ha amplificado el debate en torno a la cultura de la cancelación y la libertad de expresión.
Críticos de la medida argumentan que la prohibición podría tener consecuencias económicas y culturales significativas. Disney, una de las empresas de entretenimiento más grandes del mundo, ha invertido considerablemente en iniciativas de diversidad e inclusión, no solo por motivos éticos, sino también por su atractivo para un mercado global cada vez más diverso. La decisión de Leavitt podría alienar a una base significativa de consumidores, especialmente entre las generaciones más jóvenes, que valoran la representación inclusiva. Además, la medida plantea preguntas sobre la regulación de las plataformas de redes sociales y hasta qué punto el gobierno puede intervenir en el contenido que estas promueven.
Mientras el debate continúa, la controversia en torno a la prohibición de Disney Pride pone de manifiesto las profundas divisiones en la sociedad estadounidense. Para algunos, la decisión de Leavitt es un paso hacia la protección de valores tradicionales; para otros, es un ataque directo a la libertad de expresión y la diversidad. Lo que es innegable es que esta medida ha encendido una chispa en las redes sociales, donde el hashtag #DisneyPride ha comenzado a ganar tracción como un símbolo de resistencia frente a la censura. A medida que la situación evoluciona, el mundo observa cómo una de las empresas más icónicas del entretenimiento navega por estas aguas turbulentas.