Hollywood mantiene la respiración después del inesperado vuelo de información que revela que Elon Musk, Tesla y SpaceX’s Technology and CEO CEO, habría inyectado en secreto una suma colosal de la recién creada compañía de películas Mel Gibson y Mark Wahlberg. Según fuentes cercanas al archivo, esta inversión excede varios cientos de millones de dólares, una cantidad que excede en gran medida los presupuestos de producciones independientes habituales e inmediatamente coloca el proyecto bajo el centro de atención del mundo.

El objetivo mostrado por Gibson y Wahlberg sería construir una verdadera “fortaleza cultural” para producir películas que consideren “lanzadas” de la ideología dominante a Hollywood, que describen bien como “muy acordado” o políticamente correcto con el exceso. Dicen que quieren volver a historias “auténticas” centradas en la familia, la fe y los valores tradicionales. Un mensaje que está profundamente dividido, pero también encuentra un eco en parte de la audiencia que se siente cada vez más del cine principal de Hollywood.

El inesperado papel de Elon Musk en esta aventura plantea numerosas preguntas. El controvertido multimillonario visionario e impredecible, Elon Musk nunca ocultó su interés en la influencia cultural y el poder de los medios de comunicación. Desde Twitter hasta la conquista del espacio, demostró que le gustaba sacudir las órdenes establecidas. Ahora aquí está listo para sacudir el séptimo arte con la misma audacia.

Se dice que los rumores indican que la decisión fue sellada en una cena ultra confidencial en Austin, donde Musk prometió a Gibson y Wahlberg para financiar una primera serie de largometrajes. El acuerdo también incluiría un plan de distribución innovador, que combina habitaciones tradicionales y plataformas de transmisión independientes. Algunos ruidos del corredor ya evocan negociaciones con varias estrellas de Hollywood “cansadas” de no poder expresarse libremente en ciertos temas.
Como era de esperar, la reacción dentro de la industria es eléctrica. Mientras que algunos grandes productores denuncian un intento de “dividir aún más al público”, otros creen que este contratista podría obligar a Hollywood a cuestionarse a sí mismo. Un escenario anónimo para un gran estudio ha confiado un medio estadounidense: “Con el dinero y la influencia de Musk, esta compañía puede convertirse en un jugador creíble en la taquilla, especialmente en un clima donde parte del público requiere algo más”.
Para Mel Gibson y Mark Wahlberg, este proyecto también representa la venganza. Ambos fueron en un momento u otro boicotado o criticado por Hollywood por sus posiciones consideradas conservadoras o controvertidas. Hoy, quieren convertir su marginación en fuerza y seducir a una audiencia global cansada de lo que describen como la “moralización constante” de los estudios tradicionales.
Por su parte, Elon Musk permanece en silencio. No se hizo una declaración oficial sobre esta inversión, alimentando aún más especulaciones. Pero varios tweets enigmáticos sugieren que lo ve mucho más que una simple colocación financiera: una oportunidad de dar forma, a su manera, una nueva narración cultural.
Queda por ver si esta apuesta será un golpe maestro o una falla rotunda. Una cosa es segura: con esta colosal inversión, Elon Musk, Mel Gibson y Mark Wahlberg acaban de encender una mecha que podría explotar el status quo de Hollywood. Los próximos meses dirán si la audiencia está lista para seguir esta nueva aventura y si el “anti-Camh” realmente puede sacudir el imperio de entretenimiento de los Estados Unidos.