Eddy Merckx rompe el silencio para defender a Pogačar: «Esto es un crimen contra el ciclismo».
En un momento que conmocionó al mundo del ciclismo, el legendario ciclista Eddy Merckx ha salido al paso con una defensa apasionada y mordaz de la superestrella eslovena Tadej Pogačar. En medio de las crecientes críticas y especulaciones sobre las recientes actuaciones del joven ciclista y su futuro con su equipo, Merckx hizo una declaración pública que no dejó lugar a ambigüedades: “Lo que le están haciendo es un crimen contra el ciclismo. ¿Cómo puede alguien ser tan cruel y abandonar a un joven de 26 años que lleva el peso de todo un país sobre sus hombros?”.
Merckx, a menudo apodado “El Caníbal” por su dominio implacable durante su carrera, rara vez comenta sobre las controversias actuales. Eso es lo que hizo que sus palabras fueran aún más contundentes: no fue un comentario casual de una leyenda retirada. Fue una intervención deliberada de alguien que ha visto el precio de la grandeza, que comprende la presión de las expectativas y que sabe lo que es sentirse aislado por quienes más deberían apoyarte.
Fuentes internas informan que Pogačar se ha enfrentado a una creciente presión desde la directiva de su equipo, con dudas sobre su capacidad para mantener el dominio tanto en Grandes Vueltas como en las clásicas de un día. La reciente polémica mediática, alimentada por filtraciones anónimas y desacuerdos tácticos durante el Tour de este año, pareció desatar un trasfondo de traición. Los rumores de que Pogačar podría ser apartado en favor de un ciclista más joven y “manejable” comenzaron a circular pocos días antes de la llegada de Merckx.
Pero no se trató solo de lo que dijo Merckx, sino de cómo terminó su declaración. Diez palabras sencillas e impactantes que dejaron paralizados a aficionados, ciclistas y directivos: «Si lo rompes ahora, el ciclismo nunca te lo perdonará». El mensaje era claro. No se trataba solo de un ciclista; se trataba del alma misma del deporte.
Exactamente cinco minutos después, Tadej Pogačar emitió una breve pero emotiva respuesta en redes sociales. Sin un comunicado extenso, sin un mensaje con filtro publicitario, solo dos palabras y una foto: “Gracias”, acompañada de una imagen suya en su primera victoria en el Tour de Francia, envuelto en la bandera eslovena, con los ojos llenos de lágrimas y esperanza. Ese momento sutil pero conmovedor bastó para cambiar la situación en internet. Hashtags como #StandWithTadej y #ProtectPogačar se convirtieron en tendencia en toda Europa. Los aficionados inundaron las secciones de comentarios exigiendo transparencia, apoyo y, sobre todo, respeto para el ciclista que se ha convertido en un símbolo de la nueva era del ciclismo.
La carrera de Pogačar ha sido meteórica: bicampeón del Tour de Francia a los 23 años, ganador de monumentos y un favorito del público por su humildad y su estilo de ciclismo agresivo. Pero, como bien señaló Merckx, la grandeza tiene un alto precio. La carga de las expectativas nacionales, el desgaste físico de un calendario de carreras repleto y, ahora, el peso emocional de una traición interna amenazan con descarrilar lo que podría ser una de las carreras más grandiosas de la historia del ciclismo.
No es la primera vez que el ciclismo se vuelve contra sus héroes, pero pocas veces la reacción ha sido tan rápida ni tan injusta. Cuando una figura como Eddy Merckx, venerado durante generaciones, alza la voz, no es para avivar el drama, sino para dar la voz de alarma. Si el ciclismo le da la espalda a Pogačar ahora, se arriesga no solo a perder a un campeón, sino a alienar a toda una generación de aficionados que creen en él.
La pregunta ahora es si su equipo, y la élite del ciclismo en general, escucharán. Porque si no lo hacen, la advertencia de Merckx podría pasar no solo a la historia, sino a una sombría profecía.