Mallorca — La escena no podía ser más íntima ni más poderosa. Rodeada de familiares, amigos cercanos y algunos periodistas invitados de confianza, Xisca Perelló tomó el micrófono durante la cena conmemorativa del sexto aniversario de bodas con Rafael Nadal. Lo que se suponía sería un breve agradecimiento terminó convirtiéndose en un desgarrador homenaje que dejó a todos los presentes —y posteriormente, a miles de fans en redes sociales— con lágrimas en los ojos.
“Mi marido trajo gloria a la familia y al país,” comenzó Xisca, con la voz entrecortada. “Pero pocos conocen las heridas con las que cargó desde que era solo un niño. Pocos saben lo cruel que puede ser el mundo con un chico de 16 años que simplemente quería jugar al tenis.”
Las palabras de Xisca fueron acompañadas por imágenes proyectadas en una gran pantalla: fotos inéditas de un joven Rafa entrenando bajo la lluvia, videos caseros en los que se lo ve vendándose solo los tobillos tras una lesión, o estudiando en aviones en medio de giras extenuantes. Eran recuerdos crudos y reales, lejos de las luces y el glamour que normalmente rodean al ídolo del tenis.
Xisca reveló por primera vez algunos de los episodios más dolorosos de los primeros años de Rafa. Contó cómo, a los 16 años, tras una derrota humillante en un torneo junior en Francia, Rafa recibió amenazas anónimas en su buzón escolar que lo acusaban de “haberle fallado a España”. Fue su tío Toni quien escondió aquellas cartas, temiendo que afectaran su confianza.
“Rafa nunca supo quién las mandó. Pero sí supo cómo responder: entrenando más duro, llorando en silencio, y volviendo a la pista con más determinación,” dijo Xisca.
Durante meses, Rafa sufría de insomnio y ansiedad, algo que en su momento ni su familia más cercana comprendía del todo. “A veces se encerraba en el baño durante horas. Decía que tenía dolor de estómago, pero en realidad era miedo. Miedo a decepcionar.”
La historia entre Rafa y Xisca es conocida por su discreción y solidez, pero pocas veces se ha hablado de los momentos en los que el amor de pareja fue una tabla de salvación para el campeón.
Xisca confesó que hubo una época, tras una dura derrota en Roland Garros y en medio de una lesión persistente, en la que Rafa consideró dejar el tenis para siempre. Fue en 2015, durante una noche en la que rompió a llorar en el balcón de su casa en Manacor.
“Me dijo: ‘No sé si puedo seguir’. Y yo le respondí: ‘No tienes que demostrarle nada a nadie, Rafa. Pero si decides luchar, yo lucho contigo.’”
Ese momento, según Xisca, fue un punto de inflexión. Poco después, Rafa regresaría con más fuerza y acabaría ganando varios títulos, incluyendo su histórica victoria número 14 en Roland Garros.
Pero lo que más emocionó a los presentes fue la carta que Xisca leyó en voz alta: una carta escrita por un niño de 12 años que Rafa conoció durante una visita benéfica a un hospital en Madrid.
“Gracias por venir, Rafa. Me duele el cuerpo, pero cuando sonríes en la tele, duele menos,” decía el niño, diagnosticado con cáncer terminal.
Rafa mantuvo contacto con el niño durante meses, hasta su fallecimiento. Nunca hizo público ese vínculo. Según Xisca, su marido pidió que el gesto se mantuviera “entre ellos dos”.
“Ese es el hombre con el que me casé,” dijo Xisca, mientras las lágrimas corrían por su rostro. “No solo el campeón. Sino el ser humano que, incluso cuando el mundo le exigía todo, aún encontraba espacio para dar más.”
El video del discurso se filtró a redes sociales horas después del evento y se volvió viral. Miles de fans usaron el hashtag #GraciasRafa para compartir historias personales, fotos con Rafa, e incluso cartas abiertas de gratitud.
Figuras como Roger Federer, Novak Djokovic y Serena Williams comentaron públicamente sobre el homenaje. Federer escribió: “Rafa siempre fue un guerrero en la pista, pero lo que más admiro de él es su corazón fuera de ella.”
A seis años de su boda, y tras casi dos décadas de una carrera legendaria, Rafa Nadal no solo ha marcado la historia del deporte, sino que ha dejado una huella imborrable en millones de corazones.
Y como Xisca dijo al cerrar su discurso:
“El mundo aplaudió sus victorias, pero yo aplaudo cada vez que, en silencio, Rafa eligió ser fuerte cuando nadie lo veía. Y eso… eso es gloria.”