Un nuevo capítulo de tensión se ha abierto en el Real Madrid, con Vinicius Jr. como protagonista de una negociación que está dando mucho de qué hablar. El delantero brasileño, una de las estrellas indiscutibles del equipo blanco, ha puesto sobre la mesa una exigencia inesperada para renovar su contrato, que vence en 2027: quiere un salario superior al de Kylian Mbappé, el fichaje estelar del club en el verano de 2024. La respuesta del presidente Florentino Pérez, conocida por su firmeza en cuestiones económicas, ha dejado atónitos a aficionados y analistas por igual, marcando un punto de inflexión en las conversaciones con el joven crack.
Vinicius Jr., con tan solo 25 años, se ha consolidado como una pieza clave en el esquema del Real Madrid. Su velocidad, regate y capacidad para desequilibrar partidos lo han convertido en uno de los mejores extremos del mundo, con actuaciones memorables en LaLiga y la Champions League. Tras perder el Balón de Oro 2024 frente a Rodri Hernández, el brasileño parece decidido a reafirmar su valor dentro del club, no solo en lo deportivo, sino también en lo económico. Según fuentes cercanas a las negociaciones, Vinicius y su entorno han solicitado un salario neto de 30 millones de euros por temporada, una cifra que superaría los 24 millones netos que, según reportes, percibe Mbappé, incluyendo su prima de fichaje. Esta petición no solo busca igualar el estatus del francés, sino posicionar a Vinicius como el jugador mejor pagado de la plantilla, un movimiento que refleja su percepción de ser el líder del proyecto deportivo del Madrid.
El contexto de esta exigencia no es menor. La llegada de Mbappé al Santiago Bernabéu generó un revuelo mediático y deportivo, pero también tensiones internas en la escala salarial. Actualmente, Vinicius percibe cerca de 15 millones de euros netos por temporada, una cantidad que lo sitúa entre los mejor pagados del equipo, pero por debajo de Mbappé y David Alaba. El brasileño argumenta que su rendimiento en las últimas temporadas, con goles decisivos y un impacto constante en los títulos del Madrid, justifica su solicitud. Además, las ofertas desorbitadas provenientes de Arabia Saudí, que según reportes alcanzaron los 350 millones de euros anuales, han fortalecido su posición negociadora. Aunque Vinicius ha reiterado su deseo de quedarse en el Madrid, estas propuestas externas han añadido presión a las conversaciones.
La respuesta de Florentino Pérez, sin embargo, ha sido un giro inesperado. Según información publicada por MARCA, el presidente del Real Madrid ha considerado la petición de Vinicius “inaceptable” y ha establecido un tope salarial de 20 millones de euros netos por temporada, una cifra que el club no está dispuesto a superar para ningún jugador, incluido Mbappé. Pérez, conocido por su habilidad para mantener el equilibrio financiero, ha comunicado al entorno del brasileño que no romperá la estructura salarial del club, incluso si eso implica pausar las negociaciones. Más sorprendente aún, fuentes cercanas al club sugieren que Pérez estaría dispuesto a escuchar ofertas por Vinicius si las demandas no se ajustan a la política del Madrid, una postura que ha generado revuelo entre los aficionados.
Este ultimátum ha desatado especulaciones sobre el futuro de Vinicius. Mientras algunos medios, como The Athletic, aseguran que el brasileño estaría dispuesto a esperar hasta 2027 para salir libre si no se cumplen sus demandas, otros, como Cadena SER, indican que un acuerdo aún es posible, pero con un salario más cercano a los 20 millones netos. La relación entre Vinicius y Mbappé, que en el campo ha sido sólida, también se ve afectada por estas tensiones extradeportivas, con rumores de celos y egos que han sido amplificados en redes sociales.
El Real Madrid se encuentra en una encrucijada. Perder a Vinicius sería un golpe devastador, pero ceder a sus exigencias podría generar un efecto dominó en el vestuario, especialmente con jugadores como Jude Bellingham, quien también aspira a un salario acorde a su impacto. Florentino Pérez, con su historial de decisiones tajantes con figuras como Cristiano Ronaldo o Sergio Ramos, parece dispuesto a mantener su postura. Mientras tanto, la afición blanca contiene la respiración, consciente de que el desenlace de esta negociación podría definir el rumbo del club en los próximos años.