Lia Thomas, la exnadadora universitaria que se ha convertido en el rostro de uno de los debates más polarizantes del deporte moderno, finalmente ha roto su silencio tras semanas de constantes críticas. En una apasionada y emotiva declaración publicada en redes sociales el jueves, Thomas respondió a quienes siguen cuestionando su identidad y logros: “No soy un hombre. Soy una mujer. Siempre lo he sido”.
La controversia se reavivó tras el resurgimiento de recientes campañas en línea y comentarios públicos que acusaban a Thomas de tener una “ventaja biológica injusta” durante su carrera en la NCAA. Atletas prominentes, figuras políticas e incluso algunos grupos feministas han criticado a la atleta transgénero, exigiendo normas más estrictas para la participación de las personas trans en el deporte femenino.
Pero esta vez, Lia Thomas no se dará por vencida.
“He guardado silencio demasiado tiempo”, escribió. “La constante deshumanización, los comentarios de odio, la falta de respeto a mi nombre, a mi cuerpo y a mi trayectoria… es sumamente doloroso. No nadé para dejar huella. Nadé porque amo este deporte. Me gané mis victorias. Y no me disculparé por ser quien soy”.
Thomas, quien realizó la transición de acuerdo con las políticas de la NCAA y USA Swimming, fue noticia en 2022 tras convertirse en la primera atleta abiertamente transgénero en ganar un campeonato de la División I de la NCAA. El logro fue recibido con tanto festejo como indignación, colocándola inmediatamente en el centro de una guerra cultural global.
Desde entonces, ha mantenido un perfil relativamente bajo, pero la reciente explosión de odio en las redes sociales aparentemente la ha empujado a hablar.
En su declaración, acusó a los medios de comunicación de “intencionadamente usar su género de forma incorrecta” y de alimentar una “narrativa peligrosa” que pone en riesgo la vida de las personas transgénero.
No tienes que caerme bien. No tienes que entenderme. Pero sigo siendo un ser humano. Y merezco ser tratado con la más mínima dignidad.
Su mensaje ha generado tanto apoyo como críticas. Defensores de los derechos LGBTQ+ han aplaudido a Thomas por mantenerse firme, calificando sus palabras de “poderosas” y “muy necesarias en este clima de creciente transfobia”. Otros, incluyendo algunos exatletas, siguen argumentando que la inclusión no debe ir en detrimento de la justicia.
La reacción también llega en medio de una creciente presión política en todo Estados Unidos, con más de 20 estados aprobando o proponiendo leyes para prohibir que los atletas transgénero compitan en deportes femeninos en los niveles de escuela secundaria y universidad.
A pesar del ruido, Lia Thomas se mantiene desafiante.
Pueden quitarme mis medallas, pero no pueden quitarme mi identidad. Sé quién soy. Y me niego a que me borren.
Ya sea vista como un símbolo de progreso o como un foco de controversia, una cosa está clara: Lia Thomas ya no se queda callada, y el mundo la está observando.