Una historia que parece haber salido de una película, pero que, según los testigos presentes, habría sucedido realmente: Elon Musk, el visionario fundador de Tesla y SpaceX, habría sido retirado de un hotel de cinco estras por seguridad, por razones aún poco claras. Su reacción? Compre todo el edificio en solo 120 segundos. Un gesto que ya está viajando por el mundo y que muchos llaman a “la venganza más cara”.

Todo comenzó durante una estadía en un lujoso hotel en Ginebra, donde Musk fue para una serie de reuniones reservadas con inversores europeos. Según fuentes dentro del hotel, el multimillonario habría estado involucrado en una discusión sobre el personal de seguridad después de una incomprensión con respecto a una solicitud privada insatisfecha. Los guardias, sin reconocerlo de inmediato, habrían pedido al hombre que dejara la estructura.

El episodio podría haber terminado con una simple salida indignada. Pero Musk, conocido por su imprevisibilidad, ha decidido reaccionar sensacionalmente. Con una llamada directa a sus consultores inmobiliarios y legales, habría activado un procedimiento de compra flash de toda la propiedad. La operación, aparentemente, se habría completado en menos de dos minutos gracias a un acuerdo preexistente para la adquisición de propiedades estratégicas en Suiza.

Según Bloomberg, el valor del hotel sería de alrededor de 240 millones de dólares. No está claro si Musk tiene la intención de mantenerlo como una inversión o transformarlo en una nueva sede europea de SpaceX. Algunos ya hablan de un “Retiro SpaceX”, un centro exclusivo para gerentes, científicos y socios seleccionados. Otros, sin embargo, piensan que puede ser el primer paso hacia una nueva cadena de hoteles de lujo de Musk.
El episodio despertó fuertes reacciones. Algunos admiran la audacia y el poder adquisitivo del emprendedor, viéndolo como una demostración de su “mentalidad de titán”. Otros, sin embargo, critican el movimiento como un acto de arrogancia y venganza infantil. “In a world where billions of people struggle to arrive at the end of the month, seeing someone buying an entire building on a whim is a disturbing sign of how much economic power can escape from hand,” said an Guardian economic journalist.
Elon Musk, como siempre, alimentó la narración con una publicación irónica en X (ex Twitter): “La próxima vez que muestren solo solicite mi nombre en el check-in. 😂 #HotelUpgrade”. El mensaje recibió millones de opiniones en unas pocas horas, acompañadas de comentarios que van desde admiración hasta indignación.
No es la primera vez que Musk hace gestos sorprendentes para afirmar su posición. Desde cohetes espaciales hasta experimentos con inteligencia artificial, el empresario siempre ha mostrado una personalidad fuera de la caja. Sin embargo, este episodio quizás marca un nuevo capítulo: en el que su influencia ya no se limita a la tecnología o las finanzas, sino que invade directamente los espacios de lujo y orgullo personal.
Los analistas ahora se preguntan sobre las implicaciones más amplias. ¿Qué sucede cuando un individuo puede literalmente comprar algo como una respuesta a un error? ¿Cuáles son los límites éticos de tal poder? Y sobre todo: ¿Cuánto de todo esto es realidad y cuánta narración orquestó para alimentar el mito?
Por ahora, una cosa es segura: el hotel ya no es lo mismo. El personal ha sido mantenido, pero con nuevas directivas y una cláusula de confidencialidad fortalecida. Nadie comenta oficialmente. Pero entre los pasillos del lujoso edificio, se murmura que nada será como antes. Porque ahora, cada vez que Elon Musk ingrese al pasillo, ya no será un invitado simple.