Controversia en la Fórmula 1: ¿Está la FIA manipulando las reglas para favorecer a Red Bull en 2026?
Un torbellino de controversia sacude el mundo de la Fórmula 1 tras la filtración de un borrador de reglamento de la FIA para la temporada 2026. Este documento, analizado en profundidad por el video “La FIA capará los motores de AM, Mercedes y Ferrari en los circuitos que quiera para que RB mejore” de La Formula de David Perogil, revela una propuesta que podría alterar el espíritu competitivo del deporte. La FIA planea introducir restricciones selectivas al uso de la potencia de los motores eléctricos de ciertos equipos, como Aston Martin, Mercedes y Ferrari, en circuitos específicos, otorgándole un control sin precedentes sobre la gestión energética de los monoplazas. Este movimiento, según el video, tiene un objetivo claro: favorecer a Red Bull, que enfrenta serias dificultades en el desarrollo de su unidad de potencia para 2026.

El reglamento propuesto marca un cambio radical en la Fórmula 1. Por primera vez, la FIA tendría la capacidad de decidir qué equipos pueden emplear toda su potencia eléctrica y en qué pistas, eliminando la autonomía que los equipos y pilotos han tenido históricamente para gestionar sus sistemas híbridos. Esta intervención no solo es inédita, sino que plantea serias preguntas sobre la imparcialidad del organismo rector. Según el análisis, la justificación de la FIA, que apunta a evitar “tácticas extremas” en la gestión energética durante las sesiones de clasificación y carrera, carece de solidez. En su lugar, parece diseñada para compensar las carencias de Red Bull, cuyo motor para 2026 no está a la altura de sus competidores.

La temporada 2026 será un punto de inflexión para la Fórmula 1, con un cambio técnico que elevará la importancia de las unidades de potencia eléctrica al 50% del total, el doble de su contribución actual. Este giro hacia los sistemas híbridos ha generado preocupación entre fabricantes y la propia FIA, debido a los desafíos técnicos que implica. Mientras la mayoría de los equipos han logrado adaptarse con éxito a estas exigencias, Red Bull ha presionado para retrasar o modificar el reglamento, alegando problemas en el rendimiento de su motor. La respuesta de la FIA, según el video, es un conjunto de reglas que no solo benefician a Red Bull, sino que también favorecen a Audi, otro equipo con un desarrollo rezagado.

Uno de los aspectos más polémicos del borrador es la reducción progresiva de la potencia eléctrica a velocidades superiores, como a partir de 345 km/h, un límite que la FIA ajustará según el circuito para beneficiar a los equipos con motores menos competitivos. Esto significa que equipos como Mercedes, Ferrari y Aston Martin podrían verse obligados a limitar su potencia en ciertas pistas, lo que equivale a una penalización directa que afecta su rendimiento. Este enfoque ha sido calificado como una manipulación descarada, que pone en riesgo la equidad y la integridad del deporte.

Además, el borrador incluye cambios aerodinámicos destinados a reducir la resistencia al avance y facilitar los adelantamientos, como ajustes en el sistema DRS para un uso más flexible durante las carreras. Aunque estas modificaciones podrían mejorar el espectáculo, quedan eclipsadas por las críticas a la intervención de la FIA en la gestión de los motores. El video describe este enfoque como “vergonzoso” y “repugnante”, argumentando que la burocracia y los intereses políticos están socavando los principios fundamentales de la Fórmula 1.
La reacción en el paddock no se ha hecho esperar. Toto Wolff, jefe de Mercedes, ha emitido un ultimátum, dejando claro que no tolerará reglas que comprometan la competitividad de su equipo. Otros equipos también han expresado su preocupación, conscientes de que estas restricciones selectivas podrían distorsionar los resultados y desalentar la innovación técnica. La Fórmula 1, conocida por ser un escaparate de tecnología y talento, podría perder parte de su esencia si estas reglas se implementan.
Este escándalo plantea una pregunta inquietante: ¿hasta dónde está dispuesta a llegar la FIA para equilibrar la parrilla? Mientras los aficionados esperan respuestas, el debate sobre la justicia en el deporte se intensifica. La temporada 2026 promete ser un punto de inflexión, no solo por los avances tecnológicos, sino por las decisiones que definirán el futuro de la Fórmula 1.