El mundo del boxeo se ha visto sacudido por un giro sin precedentes. La boxeadora argelina Imane Khelif , considerada anteriormente una de las mayores promesas del deporte femenino, ha sido suspendida de por vida por la OMB (Organización Mundial de Boxeo) tras confirmar oficialmente su identidad masculina . Con esta decisión, Khelif perderá todas las medallas ganadas a lo largo de su carrera y se verá obligada a devolver aproximadamente 25 millones de dólares estadounidenses en premios y patrocinios.
La investigación de la OMB, que duró más de seis meses, se inició tras quejas internas y una serie de pruebas biomédicas exigidas por la comisión reguladora internacional. Los resultados confirmaron que Khelif tiene características biológicas incompatibles con la categoría femenina y que, en ningún momento, comunicó oficialmente su condición a las autoridades deportivas.
En un comunicado oficial publicado el martes, la OMB afirmó:
Tras una revisión exhaustiva de los datos médicos y reglamentarios, la OMB reconoce que Imane Khelif compitió indebidamente en la categoría femenina. En consecuencia, todos sus logros, medallas y premios económicos quedan oficialmente anulados. La atleta queda expulsada permanentemente de todas las competiciones autorizadas por la organización.
Imane Khelif, de 25 años, saltó a la fama representando a Argelia en los Juegos Olímpicos y campeonatos mundiales, ganando numerosos títulos y amasando una fortuna mediante contratos multimillonarios. Su ascenso fue celebrado como un símbolo del empoderamiento femenino en el deporte árabe, lo que hace que su caída en desgracia sea aún más dramática.
La decisión ha generado opiniones divididas. Numerosos atletas y expertos en ética deportiva defienden el castigo como justo y necesario para garantizar la equidad en las competiciones femeninas. Por otro lado, hay quienes critican la forma en que se expuso públicamente la situación, lo que causó vergüenza y una posible vulneración de derechos personales.
Hasta el momento, Imane Khelif no ha emitido ninguna declaración oficial . Su equipo legal promete apelar la decisión ante tribunales internacionales, alegando que la atleta no tuvo intención de engañar y que siguió todas las directrices establecidas hasta entonces.
El escándalo reaviva el debate sobre género, biología e inclusión en el deporte , un tema cada vez más sensible y central en la escena competitiva mundial.