La temporada 2025 de Fórmula 1 ha sido una montaña rusa para Ferrari, pero el Gran Premio de Emilia-Romaña en Imola marcó un nuevo mínimo para la icónica Scuderia. Charles Leclerc y Lewis Hamilton, dos de las mayores estrellas del deporte, han expresado públicamente su frustración con el director del equipo, Fred Vasseur, tras un fin de semana que expuso los continuos problemas de Ferrari. Ambos pilotos no lograron llegar a la Q3 en la clasificación, saliendo 11.º y 12.º respectivamente, en lo que la prensa italiana calificó como la actuación más humillante de Ferrari en Imola en décadas. Las consecuencias de este desastroso fin de semana han intensificado el escrutinio sobre el liderazgo de Vasseur, y las tensiones dentro del equipo amenazan con estallar.
Ferrari afrontó la temporada 2025 con grandes expectativas. La llegada del siete veces campeón del mundo Lewis Hamilton, procedente de Mercedes, se consideró un punto de inflexión, al unirlo al talentoso Charles Leclerc para luchar por los campeonatos de constructores y pilotos. Sin embargo, tras seis carreras de temporada, Ferrari se sitúa en un distante cuarto puesto en la clasificación de constructores, a 152 puntos del líder, McLaren. El SF-25 ha presentado irregularidades, con problemas de frenado y falta de ritmo en las curvas lentas que han lastrado su rendimiento. El tercer puesto de Leclerc en Arabia Saudí sigue siendo el único podio de Ferrari en un gran premio, mientras que la victoria al sprint de Hamilton en China es un hito poco común en una campaña por lo demás deslucida.
El fin de semana de Imola se suponía que sería un punto de inflexión. Con un coche mejorado y el apasionado apoyo de los tifosi, Ferrari esperaba dejar huella en casa. En cambio, el equipo ofreció lo que Leclerc denominó una actuación decepcionante, con ambos pilotos eliminados en la Q2. Hamilton se describió a sí mismo como “devastado”, lamentando que el progreso del equipo en los entrenamientos no se tradujera en resultados. Leclerc, por su parte, fue contundente en su valoración: “El coche no tiene suficiente rendimiento, y me repito constantemente”. Su frustración era palpable, pues insistía en que no podía “hacer milagros” para compensar las deficiencias del coche.
La carrera en sí no ofreció mucha redención. Hamilton protagonizó una remontada estelar para terminar cuarto, su mejor resultado en un gran premio de la temporada, gracias a los oportunos periodos de coche de seguridad. Leclerc, sin embargo, solo logró el sexto puesto, un resultado que lo dejó furioso por la estrategia del equipo. Una acalorada discusión por radio puso de manifiesto la discordia interna. Cuando le informaron de que Hamilton no entraría en boxes para cambiar neumáticos, Leclerc espetó: “Me da igual, me da igual. Estamos hablando de nosotros”. La vacilación del equipo a la hora de responder a su solicitud de neumáticos blandos nuevos no hizo más que ahondar su frustración, poniendo de manifiesto la falta de cohesión en el proceso de toma de decisiones de Ferrari.
Vasseur, quien ha estado al mando desde 2023, se ha enfrentado a una presión creciente a medida que el rendimiento de Ferrari ha flaqueado. La prensa italiana, rápida en criticar los fallos del equipo, ha cuestionado su capacidad para llevar a la Scuderia de vuelta a la gloria del campeonato. El expiloto de F1 Damon Hill advirtió que Vasseur “va a sentir la presión”, señalando que las esperanzas de Ferrari de luchar por el título en 2025 prácticamente se han evaporado. Los problemas del equipo no son nuevos, ya que se remontan a años atrás, pero el fichaje de Hamilton, considerado un fichaje de alto perfil, se suponía que marcaría una nueva era. Sin embargo, el británico ha tenido dificultades para adaptarse al SF-25, y los expertos técnicos señalan sus dificultades con el frenado y la entrada en curva en comparación con el estilo más agresivo de Leclerc.
Las tensiones entre Hamilton y Vasseur también han surgido. Tras el Gran Premio de Miami, los comentarios sarcásticos de Hamilton por radio, incluyendo pedirle al equipo que “tomara un descanso”, pusieron de manifiesto su frustración por la lenta respuesta del equipo a las decisiones estratégicas. Posteriormente, admitió haberle dicho a Vasseur que se “calmara” y “no fuera tan susceptible” durante una conversación posterior a la carrera, un comentario que insinúa una relación tensa. Si bien Vasseur ha restado importancia a estos incidentes, insistiendo en que confía en ambos pilotos y en que el equipo finalmente ejecutó la estrategia necesaria, la exposición pública de sus quejas no ha contribuido a calmar las especulaciones sobre una crisis cada vez más grave.
Ferrari deposita ahora sus esperanzas en una importante mejora de la suspensión trasera prevista para finales de junio, que el equipo cree que podría salvar su temporada. Sin embargo, con Leclerc y Hamilton quinto y séptimo respectivamente en el campeonato de pilotos, y McLaren dominando con cinco victorias en seis carreras, el camino por delante se presenta desalentador. Los mensajes de radio cargados de improperios de Leclerc y las críticas mordaces de Hamilton reflejan un equipo nervioso, con ambos pilotos exigiendo respuestas. A medida que la paciencia de los tifosi se agota, Vasseur debe actuar con rapidez para restaurar la confianza y la unidad. Por ahora, el sueño de Ferrari de un campeonato en 2025 sigue siendo una perspectiva lejana, eclipsada por conflictos internos y un coche que aún no ha cumplido su promesa.