En un descubrimiento notable que revela la intrincada historia de la momificación, los investigadores han presentado la historia de una momia bien conservada de una pequeña aldea austriaca. Esta momia, identificada como Franz Xaver Sidler von Rosenegg, un vicario de la parroquia local que falleció hace unos 300 años, ha encendido la curiosidad y la emoción dentro de la comunidad científica. Las técnicas de preservación empleadas no solo han proporcionado información sobre el pasado, sino que también han destacado la importancia de los métodos de embalsamamiento alternativos raramente documentados en la historia.

Utilizando un enfoque innovador que incorporó ramitas, chips de madera y cloruro de zinc, los investigadores realizaron análisis detallados del torso de la momia, que mostraban signos limitados de descomposición. Los hallazgos, publicados recientemente enFronteras en medicina, han presentado esta momia como lo que el equipo llamó coloremente al “capellán secado al aire”. Tales observaciones prometen ampliar nuestra comprensión de las prácticas de preservación histórica que tenían como objetivo combatir la propagación de la infección, enfatizando la necesidad de repensar las narrativas de mummificación convencionales.
El Dr. Andreas Nerlich, patólogo de Ludwig-Maximilians-Universität y uno de los principales autores del estudio, señaló que el método de preservación utilizado era particularmente único. A diferencia de las técnicas de embalsamamiento reconocidas a nivel mundial que involucran aberturas exteriores del cuerpo, esta técnica austriaca empleó la preservación interna a través del canal rectal. “Este examen no solo confirmó la identidad de la momia, sino que también iluminó el propósito de la preservación, potencialmente para mitigar las amenazas infecciosas en medio de creencias comunes de miasma”, declaró Nerlich.

Los investigadores emprendieron exámenes extensos, incluidos tomografías computarizadas, datación por radiocarbono y autopsias parciales para respaldar sus hallazgos. Descubrieron una mezcla de materiales nativos como chips de madera de abeto y abeto, junto con textiles como lino, cáñamo y lino, todo fácilmente disponible en la región durante el siglo XVIII. Estos elementos probablemente desempeñaron un papel fundamental en el mantenimiento de la integridad de la momia al absorber los fluidos de la cavidad abdominal.
Curiosamente, el descubrimiento también incluyó la presencia de una pequeña esfera de vidrio, que aumenta la especulación sobre su propósito, potencialmente vinculado a las tradiciones monásticas. Este hallazgo inesperado proporciona una capa más a la narrativa ya rica que rodea la vida y la muerte de Franz Xaver Sidler von Rosenegg.

Fascinantemente, un análisis adicional de los restos de Sidler sugirió que vivió una vida de comodidad relativa, indicada por el patrón dietético enriquecido con granos y pescado. Sin embargo, los signos posteriores de tuberculosis y referencias a las luchas que podría haber enfrentado durante la Guerra de Sucesión austriaca proporcionan una visión conmovedora de las pruebas de sus últimos años. Nerlich señala que los registros pasados insinuaban la práctica de preparar cadáveres para varios procesos post mortem, lo que sugiere que los restos de Sidler podrían haber sido destinados al transporte a una ubicación diferente, un esfuerzo que podría haber fallado.
Este estudio no solo arroja luz sobre la enigmática historia de Sidler, sino también sobre el aspecto más amplio de la preservación en contextos históricos. Los métodos de embalsamamiento únicos revelados ofrecen una mirada convincente a cómo las diferentes culturas abordaban las prácticas mortuorias, descubriendo más sobre las creencias socio-religiosas que prevalecen en ese momento.