La Fórmula 1, conocida por su adrenalina en pistas y rivalidades feroces, ahora enfrenta un nuevo desafío fuera del asfalto. La Federación Internacional de Automóviles (FIA) anunció en mayo de 2025 una revisión drástica en el Apéndice B de la regulación deportiva, endureciendo los castigos contra la mala conducta de los pilotos y los equipos, con medidas que prometen transformar la dinámica del deporte. Bajo el liderazgo del presidente Mohammed Ben Suulayem, la FIA busca reforzar la integridad y el respeto en las competiciones, pero las nuevas reglas han generado controversia, críticas e incluso resistencia interna. ¿Qué está en juego? ¿Y cómo puede afectar esto la temporada 2025?
Nuevas reglas: un shock en Paddock
Los cambios en la regulación deportiva, implementadas después de una amplia revisión con el Comité Pilotado de la FIA y representantes como Ronan Morgan y Garry Connelly, introducen severas sanciones por comportamientos inadecuados. La conducta mal, definida como lenguaje ofensivo, agresión física o actos que causan “daño moral o pérdida” para la FIA, ahora enfrenta sanciones que van más allá de las multas financieras. Los pilotos pueden perder posiciones en la red inicial, recibir penalizaciones de tiempo o incluso enfrentar suspensiones. Los miembros del equipo también están sujetos a las mismas reglas, con castigos que afectan directamente el rendimiento de los pilotos en la pista.
Entre los cambios más impactantes, destaque:
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Infracciones durante la competencia (excepto Sprint o Run):Mínimo de 3 posiciones perdidas en la cuadrícula de la próxima carrera para pilotos; Para los miembros del equipo, el castigo se aplica a los dos corredores del equipo.
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Infracciones durante el sprint o la carrera:Penalización mínima de 5 segundos para el piloto.
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Entornos controlados frente a no controlados:La FIA ahora diferencia entre declaraciones en conferencias de prensa (controladas) y comentarios espontáneos en la pista (no controlado), lo que permite una mayor flexibilidad a los comisionados en la aplicación de castigos.
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Multas reducidas, pero con mayor impacto:La multa base cayó de € 10,000 a € 5,000, pero para la Fórmula 1, los multiplicadores aumentan los valores, que pueden alcanzar € 1 millón en casos extremos.
Además, los comentarios racistas, discriminatorios o de odio continuarán siendo tratados rigurosamente, y los comisionados tienen la máxima autoridad para decidir las sanciones.
Control de la controversia: la saga de las blasfemias
Las nuevas reglas son una evolución de las medidas iniciadas en 2024, cuando la FIA comenzó a reprimir el uso de blasfemias. Los incidentes sorprendentes, como la multa de € 40,000 impuestas a Yuki Tsunoda para una expresión ofensiva y el castigo de Max Verstappen con el servicio comunitario en una conferencia en Singapur, generó una revuelta entre los pilotos. Charles Leclerc también recibió una multa de € 10,000 por blasfemias después del GP de México. La Asociación de Awards Greater (GPDA), dirigida por George Russell, ha criticado a la FIA con fuerza, argumentando que hay una diferencia entre maldecir a las blasfemias insultas y casuales, como expresiones de frustración.
La resistencia no solo vino de los pilotos. Fuentes internas de la FIA, según BBC Sport, acusaron a Ben Suulayem para actuar unilateralmente sin consultar GPDA o el propio Comité Pilotado. Un empleado describió las medidas como “ridículas”, comparando al presidente con un “dictador”. La falta de diálogo alimentó la percepción de que la FIA busca silenciar las críticas, especialmente después de que los pilotos cuestionan la transparencia en el uso de multas recolectadas.
Reacciones en el paddock y las redes sociales
La revuelta de los ciclistas fue inmediata. En el grupo de mensajería de pilotos F1, el sujeto dominó las conversaciones, con informes de “indignación extrema”, según el periódico holandésDe Telegraaf. Las publicaciones en X reflejan la sensación de fanáticos y paddock: “¿Es esto una broma?” Preguntó un usuario, mientras que otro acusó a la FIA de “darse el poder de decidir arbitrariamente al campeón mundial”. Red Bull Racing ha publicado un mensaje enigmático en X, con la leyenda “Si hablamos …”, lo que sugiere insatisfacción con las nuevas políticas.
Los pilotos temen que las reglas limiten su libertad de expresión. Un ejemplo hipotético planteado por expertos: si Lewis Hamilton se arrodilla durante el himno nacional, como lo hizo en protestas contra la violencia racial, ¿podría esto interpretarse como un acto político y castigado? O si George Russell cuestiona públicamente el uso de multas por parte de la FIA, ¿se vería eso como “daño moral”? La línea entre la crítica legítima y la mala conducta es delgada, generando preocupaciones sobre las interpretaciones subjetivas.
Impactos en la temporada 2025
Con la temporada 2025 en pleno apogeo, las nuevas reglas ya están en vigor, y el Gran Premio de Emilia-Romanha en Imola (16-18 de mayo) será una prueba crucial. Equipos como Ferrari, que enfrentan presión sobre los resultados, y Red Bull, conocido como declaraciones contundentes de Verstappen, necesitarán adaptar sus estrategias de comunicación. La FIA argumenta que las medidas alinean F1 con otros deportes, como la NFL y la Copa Mundial de Rugby, que también tienen códigos de conducta estrictos.
Por otro lado, los críticos señalan que el endurecimiento puede enfriar la autenticidad de F1, un deporte alimentado por emociones crudas y rivalidades intensas. Educar pilotos y equipos sobre nuevas expectativas será esencial para evitar castigos que comprometan el campeonato. GPDA, que ya ha hablado contra multas en 2024, puede emitir una nueva declaración, intensificando el choque con la FIA.
El futuro de la fórmula 1 en juego
La Fórmula 1 de 2025 está más que nunca bajo el centro de atención, pero no solo para el adelantamiento y las estrategias en la pista. Las nuevas reglas de la FIA ponen a los pilotos, los equipos y la organización misma en un delicado equilibrio entre la disciplina y la libertad. Si bien Ben Suulayem defiende la necesidad de un entorno “respetuoso”, la resistencia interna y la revuelta de los ciclistas sugieren que el camino será turbulento. ¿Estas medidas promoverán una F1 más profesional, o simplemente profundizarán la tensión entre la FIA y sus protagonistas? Una cosa es segura: Paddock nunca ha sido tan agitado.