El mundo de la paleontología está una vez más lleno de emoción, ya que un estudio innovador revela ideas sorprendentes sobre los orígenes de una de las criaturas prehistóricas más icónicas: el Tyrannosaurus Rex. Esta investigación, publicada en la Royal Society Open Science, sugiere que el famoso T. Rex, aclamado durante mucho tiempo como un depredador feroz, en realidad respiró por primera vez en lo que ahora es los Estados Unidos y Canadá modernos, que data de aproximadamente 67 millones de años.
Según el estudio, el linaje de T. Rex es más complejo que una vez. Las teorías anteriores postularon que sus antepasados, que se originaron en Asia, influyeron directamente en su evolución en América del Norte, específicamente en un área conocida como Laramidia. Cassius Morrison, el autor principal y estudiante de doctorado en el University College de Londres, elaboró: “Los paleontólogos se han dividido sobre si su antepasado vino de Asia o América del Norte. Nuestro modelaje sugiere que los” abuelos “de T. Rex probablemente llegaron a América del Norte desde Asia, cruzando el estrecho de Bering entre lo que ahora es Siberia y Alaska”. Esto resalta los fascinantes patrones migratorios que dieron forma a la evolución de T. Rex, por lo que es un ícono estadounidense.

El estudio arroja luz no solo en el viaje geográfico de T. Rex, sino también sobre cómo las condiciones ambientales influyeron en su crecimiento. Los investigadores encontraron que un período significativo de enfriamiento global, después de un pico en temperaturas hace 92 millones de años, contribuyó al rápido aumento del tamaño observado en tiranosauridos como T. Rex. Este período probablemente ofreció un clima favorable para T. Rex y sus parientes, potencialmente debido a adaptaciones únicas como plumas o una fisiología de sangre caliente.
Morrison y su equipo también evaluaron la dinámica ecológica que permitió a T. Rex ascender a su trono depredador. Después de la extinción de depredadores competidores como los carcharodontosurids, T. Rex pudo capitalizar los recursos recién disponibles. El registro fósil indica que a medida que evolucionó, T. Rex se convirtió en un peso sorprendente de hasta nueve toneladas, comparable al de un gran elefante africano.

“Nuestros hallazgos han brillado sobre cómo los tiranosaurios más grandes aparecieron en América del Norte y del Sur durante el Cretácico y cómo y por qué crecieron tanto al final de la era de los dinosaurios”, señaló el coautor Charlie Scherer. Este éxito evolutivo contrasta con el destino de sus parientes, los Megaraptors, que una vez deambulaban por vastos territorios, pero enfrentó extinción en algunas áreas, lo que llevó a la aparición de T. Rex como el depredador de tierra dominante.

La investigación también exploró el viaje evolutivo de los megaraptores, que eran más delgados y poseían adaptaciones de caza únicas. Parecían extenderse a nivel mundial desde Asia, adaptándose a varios entornos, aunque se han descubierto pocos fósiles para reconstruir su historia completa. Morrison comentó sobre la importancia de los descubrimientos en curso, diciendo: “Docenas de fósiles de T. Rex han sido desenterrados en América del Norte, pero nuestros hallazgos indican que los fósiles del antepasado directo de T. Rex pueden estar sin descubrir aún en Asia”.
A medida que los debates continúan sobre los orígenes de T. Rex, una cosa es segura: esta antigua bestia no solo dominó el paisaje norteamericano, sino que también ejemplifica las complejidades de la biología evolutiva. Los resultados de este estudio invitan a una mayor exploración y discusión. ¿Qué nuevos secretos aún se pueden enterrar en suelos antiguos, esperando para remodelar nuestra comprensión de la vida prehistórica?