Un rayo ha sacudido el mundo de la Fórmula 1: Los datos de telemetría de Lewis Hamilton, surgieron después del Gran Premio de Miami, revelaron una verdad desconcertante que está haciendo temblar a Ferrari y los fanáticos. Lo que parecía un fin de semana simple difícil para el Campeón del Mundo Seven Times se ha convertido en un caso que podría redefinir la temporada 2025. La telemetría, ese flujo de números y gráficos que cuenta la historia de cada vuelta, tiene problemas profundos en el SF-25 y en la dinámica interna del equipo de Maranello.
Durante el fin de semana de Miami, Hamilton luchó, terminando en una octava posición decepcionante, precedida por su compañero de equipo Charles Leclerc. Los datos de telemetría, analizados en los días siguientes, mostraron que Hamilton perdió el tiempo significativo al frenar y en las esquinas, especialmente en el primer sector. El automóvil sufría una rueda de ruedas inestable, lo que dificultaba la aplicación de la potencia de manera efectiva. Este problema, ya evidente en Jeddah, parece no haber sido resuelto, a pesar de las promesas de mejoras por parte del equipo. Pero lo que realmente sorprendió a los observadores fue la discrepancia entre el rendimiento de los dos conductores de Ferrari: Leclerc, aunque no brillante, logró administrar mejor el automóvil, destacando una mayor confianza con la configuración.
El escándalo real, sin embargo, no solo reside en los números. Las comunicaciones de radio durante la carrera revelaron tensiones crecientes. Hamilton, frustrado, se quejó de la falta de ritmo y una estrategia confusa, mientras que Leclerc pidió aclaraciones sobre órdenes estables que parecían favorecer a su pareja. Los datos sugieren que una inversión más oportuna de posiciones podría haber mejorado el resultado general del equipo, pero Ferrari dudó, dejando a los pilotos para pelear entre sí. Esto ha alimentado las especulaciones sobre una posible fractura interna, con Hamilton quien, unos meses después de su llegada, ya parece estar en dificultad para adaptarse a la cultura del equipo.
Las implicaciones de estas revelaciones son enormes. Ferrari, que se había centrado en Hamilton para relanzar sus ambiciones de título, ahora está lidiando con un automóvil que no solo carece de competitividad en comparación con McLaren y Red Bull, sino que también parece muy adecuado para el estilo de conducción del campeón británico. Los datos de telemetría muestran que Hamilton se ve obligado a conducir con más cautela, especialmente en curvas rápidas, perdiendo preciosas décimas que Leclerc. ¿Esto plantea preguntas sobre el proceso de desarrollo SF-25: ¿El equipo realmente ha tenido en cuenta las necesidades de Hamilton durante el diseño?
Mientras tanto, los fanáticos están divididos. En las redes sociales, hay quienes defienden a Hamilton, atribuyendo sus dificultades a un automóvil que no está a la altura, y que en su lugar lo señala con el dedo, acusándolo de que aún no está integrado. Algunos incluso han desempolvado el controvertido episodio de 2012, cuando Hamilton compartió datos de telemetría reservados de McLaren en Twitter, alimentando el mito de un piloto impulsivo. Pero hoy, a los 40 años, Hamilton parece más maduro, concentrado para transformar esta crisis en una oportunidad.
¿Qué pasará ahora? Ferrari ha anunciado reuniones internas para enfrentar los problemas que surgieron en Miami, pero se mantiene el tiempo. Con McLaren y Red Bull dominando, cada carrera perdida es un golpe para las esperanzas del título. La telemetría reveló una verdad incómoda: Ferrari no está listo para pelear en la cima, y Hamilton, a pesar de su talento, no puede hacer milagros en paz. Este escándalo podría ser el punto de inflexión para Maranello, o el comienzo de una temporada de pesadilla. Una cosa es segura: el mundo de la Fórmula 1 nunca deja de sorprender.