En una declaración audaz y controvertida publicada en su plataforma X (ex Twitter), el empresario multimillonario Elon Musk solicitó el boicot global de eventos deportivos que permiten a los atletas biológicamente masculinos competir en las categorías femeninas. También propuso reformas radicales, incluidas sanciones severas por lo que llamó “trucos de género” en el deporte.
“Si permitimos que los hombres biológicos dominen las competiciones femeninas, no solo estamos eliminando registros: estamos borrando a las mujeres”, escribió Musk en una publicación que se ha vuelto rápidamente viral. “Esto no es inclusión. Es fraude”.
Las declaraciones de Musk vienen en un contexto de un creciente debate internacional sobre la identidad de género en el deporte, particularmente en deportes de atletismo, natación y combate. Aunque algunas organizaciones han introducido umbrales de testosterona o categorías separadas, Musk afirma que estas medidas no son suficientes.
En un puesto posterior, propuso “descalificaciones masivas, descalificaciones de la vida y la revocación de medallas” para los atletas y entrenadores que “violan intencionalmente la integridad de las categorías de competencia femenina”.
Las reacciones a la posición de Musk fueron polarizantes. Los partidarios lo elogiaron por “defender a las mujeres biológicas” y disputaron lo que consideran una ventaja injusta. Sin embargo, los críticos lo acusaron de difundir la transfobia y no comprender completamente la complejidad de la identidad de género y la gobernanza deportiva.
Grupos de defensa importantes de derechos LGBTQ+ condenaron las declaraciones, con una organización que definió la retórica de Musk “peligrosa y deshumanizante”. Por el contrario, algunas activistas por los derechos de las mujeres han aplaudido la medida, afirmando que ayudaría a preservar el capital en el deporte de las mujeres.
Las organizaciones deportivas aún no han respondido oficialmente al atractivo de Musk al boicot, pero los profesionales sugieren que la pregunta es cada vez más difícil de ignorar, especialmente cuando una de las voces más influyentes del mundo la apoya con todo su peso.
Como siempre, el lenguaje directo y provocativo de Musk provocó una tormenta de debates, y las consecuencias en la cadena pronto podrían alcanzar las políticas de los organismos gubernamentales como el Comité Olímpico Internacional y la FIFA.